martes, 17 de diciembre de 2013

Mantel y tacón. Belén Riquelme.

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Como buen culo inquieto, de inventos, historias y saraos, a menudo me siento en una barra de bar de madera vieja que tengo controlada y pongo cara de Sr. Scrooge cerca de Navidad para poder pensar, junto con el baile de los hielos en la copa. En esas andaba cuando salió esto, mujeres interesantes y comida. Pero no en plan Mickey Rourke y Kim Bassinger en aquella peli, al menos de momento. La idea es de una serie de charlas en la que los protagonistas sean el menda, la libreta y la dama en cuestión, mientras van pasando los platos, o los bocadillos, que también son comida y de la buena.
Y en esa lista de mujeres, todas interesantes a mi criterio, estaba esta en la parrilla de salida esta mujer. Actriz, cantante, rockera y seductora como pocas, tiene toda la pinta de ser el próximo mirlo blanco que cogerá el AVE a la capital para volver aquí solo de visita.
Pero como dijo aquel. el hombre propone y las agendas disponen. Y las ganas dar el pistoletazo de salida a esto, no nos dejan otra alternativa que la videoconferencia, que para eso está el Skype. Así que, concretando antes que la videoconferencia tenía que llevar como indispensable estar comiendo ambas partes, para dar sentido a la sección, le damos a las gotitas de agua y comenzamos.


Belén, ¿no te da vergüenza tenerme así de abandonado?
(Suelta una gran risa.) Hago lo que puedo, a veces abandono muchas actividades y personas interesantes mas tiempo del que quisiera porque me debo a mi trabajo y a mis neuras, debe ser que no me organizo bien. Posiblemente tenerlo y hacerlo todo no es posible, ¿no crees?
Bueno, supongo que será una cuestión de organización, y ahí poco puedo ayudar. Soy un Desordenado. Oye, igual mucha gente, dos o tres de los cinco lectores habituales de esto, no sepan quien eres, aunque hayas sido prota en algunas de las entradas, sobre todo cuando The Sheenas se marcaron aquel bolo en Sedaví, así que, ¿cómo definiría Belén a Belén Riquelme?
Para los desconocidos diré que Belén Riquelme es una actriz y cantante, licenciada en interpretación textual. También diré que es una mujer inquieta y creativa que se mete en muchos saraos y que disfruta mucho con su trabajo. Se me conoce como cantante en el mundo del rock por ser la vocalista de The Sheenas (grupo tributo homenaje a Ramones con formación únicamente femenina) Esa fue mi gamberrada, me lo debía, punkear con mis amigas, creo que es lo mas. También colaboro en bandas como la Kraken Roll Band y diversos saraos del Rock. Pero soy cantante de amplio espectro, canto jazz, blues, soul, cuplé, tango, hago teatro musical.
También tuve un grupo hace bastantes años que se llamaba “Bukake” que fue mejor maqueta en 2008 en el programa de Julio Ruiz en Radio3. Fueron mis tiempos de moderna y de transgresora o eso intentaba…(rie hasta enamorar.)
En teatro estos últimos años he hecho piezas de los mas variadas: Desde dar vida a la Joven Rosita Amores en la obra de Juli Disla: “El Amor de Mis Amores” hasta crear mi propia compañía teatral (La Intensa Producciones) y producir mi propia obra como ha sido el caso de “Nostalgias”. Un regalo del dramaturgo Alejandro Tortajada.
Y el cine… (Suspira) ¡Ay como me gusta! Después de rodar dos cortometrajes molones con Miguel Ángel Font, -"Llagas" y "Sinnside"- y participar en las series "Cabanyal Z" y "Discreet Hearts", he tenido la suerte de lanzarme al largometraje gracias al proyecto #littlesecretfilm y he rodado dos películas este año que tal y como están las cosas es un lujo, sobre todo porque aún me estoy abriendo camino en ese mundo y dando a conocer mi trabajo. “Los desórdenes sentimentales” dirigido por Ramón Alfonso fue el primero y quedé muy contenta con la experiencia, sin medios se hizo una peli muy buena y después llegó este caramelo que estoy disfrutando últimamente. “La lava en los labios” de Jordi Costa, una producción para Calle 13. Acabo de volver del estreno en Abycine y en la Cineteca de Madrid y estoy encantada, es una auténtica locura de película.
¿La infancia fue con disfraces y actuaciones en comidas familiares, demostrando la madera que llevabas dentro o es un tópico en el que no te ves reflejada?
De tópico nada, yo cogía una bata de rasillo de mi abuela (para mi ese brillo era lo mas) y bajaba las escaleras del chalet familiar en Dénia agarrada a la manguera como si fuera un micro. Y cantaba Marylin, ahí queda eso. Mi hermana cantaba Alaska y nos aplaudían mucho nuestros tíos.
¿Y cuándo decides eso de vivir, o intentarlo, de actuar?
Desde muy pequeña quería ser artista, pero del todo del todo, pase lo que pase y a pesar de las consecuencias, hace unos 8 años: estaba en el teatro y hacía tiempo que no actuaba y que no estaba centrada, y lloré mucho, no por la obra, sino porque me moría si no estaba en arriba del escenario y a partir de ahí empecé a poner mi vida en orden hacia esa dirección para que fuera mas fácil que eso ocurriera. Y lo primero que hice fue licenciarme en arte dramático en la Superior y después de mis cuatro añitos allí, a luchar como todos.
¿Cómo ves el escenario de la escena valenciana? ¿Hay malos en esta obra?
Valencia está destruida culturalmente, hay muchas gente muy buena haciendo lo que puede y luchando porque el arte no muera, pero cari, la ciudad agoniza culturalmente, no hay una política cultural ni un gobierno que la apoye. Así que hay festivales pequeñitos y buenas propuestas pero nada que pueda dar de comer realmente a los profesionales y del aire no se vive. No hay un plan económico que rentabilice la cultura escénica y audiovisual. 
¿El rock es algo también de cuna o vino después de las tablas?
Siento decepcionarle caballero, pero a mí el rock me vino después, bien mayorcita y con muchas ganas, de pequeña escuchaba a  Eydie Gorme con Los Panchos, a Antonio Machín, a Marylin y a la negra que cantaba en la banda sonora de Gilda.
¿Qué debería no dejar de escuchar del rock en Valencia un tipo llegado de allende las fronteras de la terreta?
Como ya te he dicho no soy una rockera de pura cepa, soy una farsante, una comediante a la que el rock le llegó tarde y que hizo suyo porque lo amo como catarsis puramente egoísta, pero Valencia está llena de rock y de músicos y son muy buenos. Recomiendo a grupos como Los Zigarros, y cualquier concierto de la Kraken Roll Band. Ahí están los mejores y concentrados.
Imagina que, por azares del destino, los que mandan, sean del color que sean, te ofrecen ser Consellera de Cultura?¿Qué harías para mejorar la cultura de aquí?
Soy actriz y quiero seguir siéndolo pero (se para a pensar) se pueden hacer muchas cosas desde un puesto de responsabilidad político, se pueden hacer muchas cosas para acercar las artes escénicas al ciudadano de a pie, la música, el arte. Actualmente, en Valencia no hay una política cultural y de turismo cultural ni hablamos. Si se creara una red de turismo cultural se abrían caminos infinitos, la ciudad cobraría vida. Se pueden hacer muchas cosas en serio, pero hay que invertir en cultura y no en mamarrachadas.
¿Te gusta el fútbol?
No.
¿Sabes que hay un jugador argentino, muy bueno, por cierto, que tiene tu mismo apellido?
Si , siempre me preguntan si es familia, ya ves que cansino.
Me imagino que debe ser cansino. Me quedo con tus piernas, aunque no seas futbolista. Ahora que no nos oye nadie y han bajado las luces, ¿qué secretos confesables acerca de proyectos me puedes contar?
Un secreto confesable es el calendario solidario que estamos montando gentecilla del rock y cuyos fondos recaudados serán donados a la Casa de la Caridad, me parece muy chula esta propuesta ideada por Vanessa Supertramp. Así que este año (aún no se que mes seré) podréis tenerme fotografiada ligerita de ropa, no me importa desnudarme si es por una buena causa o por un buen guión, eso es así.
Oye, con estos calores que no se acaban de ir del todo, ¿sigues durmiendo con el pijama de Hello Kitty?
¡Yo nunca he dormido con pijama de Hello Kitty, que horterada! Soy mas de camiseta molona y punto, no tengo pijamas. Eso si, me ponga lo que me ponga para dormir, que sea de algodón. Lo fashion y el glamour lo dejo para las películas y las fotos, en la vida real cómoda y calentita.
Recomiéndame un disco: “Unique” de Billie Holiday.
Una peli: “Corazón Salvaje” de David Lynch
Un libro: “Breakfast at Tiffany´s” de Truman Capote
Un vino: Cualquiera de bodegas Arraez.
Un capricho al que no piensas renunciar: Desayunar todos los días tostadas con mantequilla y mermelada de frambuesas.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Solidaridad y rocanrol.

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Damas y caballeros, he aquí una entrada navideña.

En julio de 1986, Bob Geldof, actor y músico irlandés, promovió "Live Aid", unos macroconciertos de forma simultánea en Londres y Filadelfia para recaudar fondos que paliaran la hambruna en Etiopia y Somalia, provocada por una gran sequía entre 1983 y 1985. Fue un gran momento del rock mundial en particular y de la música en general, logrando un éxito sin precedentes al contar con las grandes estrellas del panorama musical anglosajón. Probablemente desde ese mismo momento, los músicos tomaron conciencia del poder que pueden llegar a tener para movilizar por causas solidarias a las masas, y quien sabe, quizá el activismo de Bono, presente con U2 en Wembley, pueda comenzar desde esa fecha.

Lo bien cierto es que se abrió una puerta a iniciativas de este tipo, con cualquier causa que se precie. El activismo solidario mezclado con la música funciona y si, vale, se recaudan fondos, pero el espectáculo ofrecido también es bueno y las audiencias o las cuotas de pantalla no dejan de ser beneficiosas para los de casi siempre.

Luego tenemos la otra opción, la de no hacer ruido, trabajar sordamente y conseguir un beneficio local, con igual o más valor que el que puedan recibir en África Oriental o donde se necesite la ayuda. De ahí que sea menester mostrar dos iniciativas solidarias que me han llegado a la patata y un macroconcierto para mover el culo a base de bien que se harán en Valencia en los próximos días de luces de colores. Así que allá van:

Como quien no quiere la cosa, Vanessa Supertramp se levantó una mañana y creo un grupo en las redes para hacer un calendario benéfico con los rockeros y las rockeras de la ciudad con más o menos ropa, sin otra pretensión que recaudar pasta para alguna asociación de estas que no tienen a grandes estrellas entre sus embajadores pero que, con su día a día, hacen mejor y más humana la existencia de las personas sin hogar o a los que la vida les ha desplumado con cartas marcadas. La respuesta ha sido demoledora. Trabajando por amor al arte ha movilizado a músicos, fotógrafos, artistas y aficionados al rock que van a aportar su granito de arena para echar un cable a la Casa de la Caridad y a 'Amigos de la calle', prestando su imagen para tan bonito fin. La iniciativa se va a coronar con un concierto el domingo 29 en formato acústico en Experience Rock Bar donde se podrá hacer entrega de mantas, ropa juguetes o calor humano para coronar esta propuesta que ha movilizado en tan poco tiempo a toda la red de la escena local. Puedes seguir la evolución de la criatura aquí.

Andrés Albert, amo y señor del Nueve Tragos, es un hombre de bien. Aparte de hacer de guía de este que escribe sobre los caldos de su tierra y degustarlos con placer y buena conversación, puede ser uno de los pocos hosteleros profesionales que se merecen ser nombrados como tal, es un tío observador. Y cerca de su casa pudo detectar la ayuda que precisaba una familia de esas de noticias, carne de deshaucio o de página de sucesos. De esas que los cabrones dicen que vivían por encima de sus posibilidades sin apretarles lo más mínimo el nudo de la corbata al soltarlo. Y, ni corto ni perezoso, empezó a recoger alimentos para ellos. Y otra vez lo ha conseguido. Creo recordar que anda ya por el séptimo envío gracias a la parroquia del Nueve, que es también para quitarse el sombrero.

Dos éxitos sin luces ni reportajes. Que esa es otra. No se a que se dedican las redacciones locales que no buscan las historias como estas y que quizá tú no tengas constancia de ellas hasta ahora, que lo has leído aquí.

Y de propina un concierto de tacón y punta.
Si has estado en los conciertos de Los Perros del Boogie habrán reparado en uno de sus pipas, Adri. Un tipo rápido y ágil como una anguila que se mueve con la precisión de un relojero suizo por el escenario entre cables y amplis para conseguir que la banda se preocupe solo del mero hecho de tocar y que no les falte ni una cuerda, ni un trago frío o el teléfono de la morena con ojos de viciosa de la segunda fila. Pues este caballero se ha permitido el pequeño lujo de movilizar a sus colegas del mundillo, tiene una empresa de servicios de transporte para conciertos y movidas similares, llamada Rock Runner, y los ha conseguido juntar para hacer un fiestón temático en torno a AC/DC. Para ello ha contado con la inestimable colaboración de Ángel Vela, new kid de LPDB y que ya hicieron algo parecido el año pasado con algo similar dedicado a los chicos de Liverpool, The Beatles. La cita es el sábado 21 en Wah-Wah y la noche promete ser un largo camino hacía arriba si tu quieres rocanrol.

No está mal para ser una entrada navideña. ¿O esperabas otra cosa? Pues Billy Mack te había dado una pista.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Alicia Álvarez. El título, como siempre, al final (III).

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(Instrucciones de uso: escucha esto mientras lees esta entrada.)

Tengo una maleta extraña que no recuerdo cómo encontré. A veces llega antes que yo a los sitios y me espera abierta de cualquier manera ofreciéndome un remolino de telas de colores con las que pretende que me vista... o se queda seria y formal aguardando que yo escoja cuidadosamente aquello que necesito... o asoma misteriosa y medio escondida en un rincón y no sé lo que puede salir de su interior porque tambien, a veces, mi maleta me asusta. 

Nunca me permite que la vacíe, jamás. 

Cuando aún no lo sabía, intenté sacar de su interior el calzado, la ropa, los libros para colocarlos y entonces ella se cerró tan violentamente ofendida, mordiendo mis dedos, que debí llevarlos vendados una temporada. Despues tampoco permitía que yo la preparase. Permanecía cerrada, obstinada, nada podía incluir en su interior, del que salía un ronroneo como de artefacto en construcción. Es ese misterio el que me hace llevarla conmigo cada vez más y no sólo para los viajes. Parece tener sus propias ideas acerca de lo que necesito en cada momento y sus propuestas sobre lo que debo hacer, como aquella noche en la que me ofrecía, terca, una linterna cuando yo pretendía sacar mi bolsa de aseo, una y otra vez... hasta que se fué la luz. 
Poco a poco ha ido volviéndose más atrevida, me ofrece libros raros sobre paises remotos a los que termino viajando por invitación suya, perfumes que, una vez puestos, provocan en la gente que se cruza conmigo risas descontroladas, bailes descompasados, miradas ardientes. Y, así, mi maleta es mi mayor fuente de emociones en este momento, esta maleta tan corriente que pasa desapercibida. Hoy, pensativa, cargando con ella, sentí el impulso de entrar en este parque, de sentarme bajo este árbol inmenso. La he mirado llena de ansiedad, ya siempre esperando su inspiración, una señal, la sorpresa. Esta vez se ha abierto sola muy poco a poco... En su interior, solitaria, ha aparecido una cuerda, una larga soga. La miré durante un rato en el que vi pasar toda mi vida y, enseguida, supe qué debía hacer. Una hora más tarde, me balanceo, arriba y abajo, en este columpio improvisado en el árbol, cada vez más y más alto, feliz como una niña...

Mi maleta jamás me defrauda.

EXTRAÑAS COMPAÑÍAS

lunes, 25 de noviembre de 2013

Chemi Sánchez. Fin (al principio).

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Te fuiste sin decir adiós. Vacilaste un instante, pero te habías cansado de mí como se cansa un niño de su juguete favorito, y por eso hiciste lo mismo: guardarme en un baúl junto al resto y apartarme de tu vida. Nunca me tiraste a la basura por si acaso debieras luego recuperarme fugazmente para revivir los viejos tiempos, y yo hubiera preferido un portazo en las narices a una palmadita en la espalda. La esperanza es una compañera peligrosa que se bebe tu copa de gin-tonic cuando estás distraído, y el verde siempre fue un color difícil de combinar.

A pesar de ser una gran urbe, Madrid nunca será lo suficientemente grande. Me cruzo contigo frecuentemente. De eso estoy seguro. En un paso de cebra de Princesa, buscando discos en las estanterías de la FNAC de Callao, husmeando en unas perchas de Preciados, tomando un vino en Huertas. Paseando por la acera de Gran Vía siento tu presencia en la estela que deja un autobús que va hacia Atocha, en el interior de un taxi que se dirige a Goya, en la línea 1 de camino a Plaza de Castilla... Resulta que ahora todas llevan tu perfume y hacen sonar sus tacones con tu mismo compás.

Confieso que me costó un tiempo regresar a esos lugares, pero ahora vuelvo a sentarme a ver pasar gente en la misma terraza, a pasear por el mismo parque, a fumar un cigarro en la misma esquina y a tomarme un chupito con el mismo camarero. Quiero que lo sepas porque un día de estos puede que nos crucemos de verdad, y entonces me gustará contarte que no tengo nada que decirte, encontrarme con tus ojos para ignorarlos, compartir contigo cuánto tengo por vivir sin ti. Me gustará recibir el portazo en las narices que no recibí entonces para volver a ser libre.

Parece que la necesidad de olvido en este caso está ligada al resentimiento pero no es así. Sólo es el instinto de supervivencia, que me invita a soltar lastre innecesario y seguir hacia adelante. Terminar esta novela para centrarme en la siguiente. La vida no es un libro sino unas obras completas.

Nada más que añadir. Sin rencor. No obstante, si necesitas suerte, amor, amistad, cariño, apoyo o respeto por mi parte, ya tuviste en su día. Ahora ya da igual.

Pues eso: FIN

Salud.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Happy birthday, mister Wah-Wah.

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A mí me encantan los cumpleaños. 

Pero no esos en plan fiesta postiza y preparada con familia de la que no puedes hablar más de dos minutos sin citar el tiempo, ni compañeros de pupitre de los que pegan mocos y tiran de las coletas a las niñas. 

Me refiero a fiestas de cumpleaños de las de verdad, en las que no es necesaria ni una tarta, ni la manida cancioncita. Hablo de esas espontáneas donde, reunidos sin aviso previo extraordinario, alguien te suelta algo parecido a 'caballeros, a esta ronda invito yo, que es mi cumpleaños', sin ser necesariamente esas mismas palabras. Automáticamente la francachela se multiplica, el tintineo de las copas es más alegre y es el punto de salida a una buena jarana en la que no sabes bien cual va a ser el final. Normalmente siempre dicen que las mejores juergas son aquellas que no se programan, excepción hecha de las bodas gitanas, un verdadero tour de force que ríete tú de las correrías de Charlie Sheen. 

He vivido situaciones de esas a diferentes horas del día en almuerzos, comidas, meriendas, en ese maravilloso híbrido tan nuestro de las meriendas-cena, o en cenas directamente, donde la posición del Sol era lo menos importante y sí las risas, batallitas y la cantidad de peso que pudieses llevar en los bolsillos.

Y no deja de ser un bonito requiebro hablar de fiestas de verdad ahora, cuando la Navidad asoma furtivamente por las esquinas, y pensar que antes, embardunado con la canalla vitola del rock y las chicas alegres de tacón y falda, llega un cumpleaños de ese amigo que te ha dejado escuchar sus discos, te ha grabado a casette sus descubrimientos y has visto con él aquellas revistas subidas de tono para aprender un poco más de las mujeres. Nuestro amigo mayor, por su sabiduría, en forma de sala rock, donde aprendimos a imitar ser estrellas del negocio y ser más chulos que un ocho, la Wah-Wah, cumple años. Unos cuantos, doce más uno, que no es más que una cifra cojonuda, para llevar con orgullo y ser referencia de la programación cultural en esta ciudad. Lugar ineludible para conciertos, fiestas de disfraces, excesos y manchas de carmín en el cuello de nuestras camisas, donde secretos inconfesables se quedarán para siempre entre las paredes de sus baños, o en sus camerinos. 

Por eso, por las fiestas de verdad, por más conciertos, por su plantilla, por sus sospechosos habituales, por los locales de alrededor que han crecido y crecen gracias a su estela, brindo por Wah-Wah, nuestro hermano mayor, nuestro canalla JFK.
Que corra el vino y los besos.

martes, 19 de noviembre de 2013

Los salvajes Perros del Boogie. Valencia, 17 de noviembre de 2013.

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Los Perros del Boogie en concierto. 
 
La noche olía a grande. 
 
Solo había que ver como estaba el Let's Go, con la peña disfrutando de la genial cocina que allí se prepara. Hasta la bandera. Noche grande. 
 
Era la primera vez que la banda iba a poner en juego toda su nueva artillería. Sí, han pisado algún escenario playero y han hecho acústicos en tiendas de discos, pero tocar en casa Jose, en la pronto cumpleañera Wah-Wah, donde el sudor se nota que destila rock y las camareras siempre sonríen, es la verdadera piedra de toque. 
Me habían chivado, en los gérmenes de lo que después ha sido un discazo llamado 'Salvaje', que nos íbamos a encontrar con un trabajo maduro y con unos textos llenos de matices y, porque no decirlo, literatura. Por eso, mientras me metía en vena todos y cada uno de los temas, citaba, por redes sociales, alguna de las estrofas de las canciones para pulsar indirectamente el sentir del personal. Y bueno, la respuesta fue brutal. Proposiciones honestas, proposiciones deshonestas, búsqueda de anillos y una demostración palpable que el material era bueno. Creo en espaldas de mujer, en los desayunos del sábado en la cama y en la fuerza de la palabra, tanto para lo de desnudar espaldas como para la música. Tienen mucho ganado aquellas bandas de rock que cantan en castellano, o español, y además transmiten cosas con estilo, verso y mojoY estos, Los Perros del Boogie, lo han conseguido.
 
Ya hablé en su día lo que me pareció la ruptura de la formación original. Y coño, pues que con ello hemos ganado todos. Tenemos, en la tierra que es lo más, mínimo, dos grandes bandas. Y no se trata de elegir, sino de disfrutar lo que nos puedan ofrecer estas y todas las demás bandas, que calidad hay por arrobas como naranjas en los campos.
 
A veces me siento un Elder cualquiera en esto de la evangelización por el rock. Y esta vez le tocó a mi 'hermano' Román, que en otra vida quiere ser Freddy Mercury pero en mojabragas, ser bautizado con el veneno de la perrera. Ayudó la entrada triunfal, con un par de golpes de licor para ese calor postizo que otorga el alcohol. Rueda de reconocimiento de parroquianos. Rock vestido de mujer con forma de Montiel, que anda cocinando un pelotazo -la calidad por arrobas de antes-, que ya nos llegará cuando tenga que hacerlo. Y tacones. Y primeras filas llenas de ellos, sexy as hell.
 
Sale la banda. Clavijas en posición y abrimos el disco. La gente quería ladrar bien alto. Y con el estribillo de 'Johnnie Cadillac', los brazos en alto del respetable demuestra que están entregados a la banda y sus nuevos temas. Lo comento con Adri, el séptimo hombre, justo al lado del escenario, que es el lugar que hemos elegido hoy para ver el concierto, cerca de la barra y de un par de chicas que se abrazan y se tocan como si fuesen una canción de Mecano y que me despistan por momentos. Todo el mundo sabe que el mejor lugar es cerca de la mesa de sonido, pero que diablos, necesitaba ver de cerca sus caras, notar como la tensión, como la de aquel novio primerizo en su primera entrada a casa de los suegros, se diluye solo por el mero hecho de ser uno mismo, auténtico, de verdad. Ximo se mete a todos en el bolsillo desde el primer castigo a sus cuerdas vocales. Y la banda suena como un tiro. Beto revienta la caja con una nota alta, con esa segura eficacia de pistolero a sueldo que disfruta de su trabajo. 'La leyenda del jugador' es una herencia directa de Johnny Cash. En este concierto, volamos a Australia con el inicio de 'La ley' con Ángel Vela marcándose unos pasos a lo Angus, nos metemos en la America del bourbon, country y rockabilly con el deslizar de los dedos de Gabriele por las teclas o buscamos con deseo una oreja para cantarle (susurrarle) al oído las estrofas que más queman de 'Vivir sin miedo' o 'Reglas de aproximación'.
Y el clásico front-row original, es decir, Ernesto 'La leyenda' y David 'Lobo' al primer sonar de cuerdas dejaron claro que no han dado un paso atrás. Simplemente, bajaron el ritmo, cogieron impulso, trabajaron y refundaron una banda en la que has de darlo todo porque, muy probablemente, si eres parte de ella, te va a cambiar la vida.
 
Cierre. Clavijas en off. La banda recibe los aplausos, abrazados como si fuesen campeones del mundo del balón. Tercer tiempo. Abrazos, besos con aquellas de las primeras filas, autografos comprometidos y sabrosos, confesiones inconfesables, licores de la victoria, brindis, más besos y un colofón en casa de Pablo, el Kraken, donde todos conocen tu nombre. Las otras cosas que pasaron se quedan entre las paredes de donde sucedieron. Así ha sido siempre y así será. Porque aquí, somos canallas, pero antes somos caballeros.
Por cierto, me parece una declaración de intenciones cojonuda que abriesen el concierto con 'Maldita adicción' y lo cerrasen con 'Buenos tiempos para el rocanrol'. Es lo que hay. Somos adictos a esta mandanga. El resto de sustancias, incluso las ilegales, no son más que un vano intento de ocupar el espacio cuando la guitarra se queda muda.
 
Los Perros del Boogie. Si pasan cerca de tu casa, no te lo pienses. Tendrás algo que contar y serán la banda sonora de una noche cualquiera de esas de dos calaveras. Que le vamos a hacer, somos más de infierno, y nos venimos arriba, con fuego y gasolina.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Alicia Álvarez. El título, como siempre, al final. (II)

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(Instrucciones de uso: escucha esto mientras lees esta entrada.)
Toda la tarde estuvo preparando una tarta y la cocina rebosaba de aromas y cacharros. Un bizcocho crecía en el horno, esponjoso. Lo sacó con cuidado, dejó que se enfriase, untó el mascarpone, muy batido, en su interior. Probó una de las láminas de chocolate que, al fin, había conseguido hacer y cerró los ojos…. Entre dulce y amargo, el sabor se extendió hasta sus fosas nasales y le hizo salivar de inmediato. Recordaba el chocolate hecho en la cocina de carbón de su abuela, ella intentando meter la cuchara de madera para probar, la yaya haciendo como que no miraba…. Sonrió mientras vestía por fuera el bizcocho con la crema de vainilla de color tenue y lo forraba después con las láminas. Se volvió cuando terminó el disco y decidió volver a ponerlo, la voz de Malia, pastosa y cálida sobrevoló de nuevo su cabeza, algo manchada de azúcar. Se mordió el labio… salió a la terraza, había anochecido, debía darse prisa, se guió casi por el olor y cogió unas hojas de hierbabuena…. Buena mezcla. Rió en alto al recapacitar en lo extraño de la situación, pero le divertía y, en realidad, no era tan raro…. no para ella. Tachó alegremente la fecha en el calendario de la pared, 9 de noviembre, puso un pequeño mantel, la tarta, la bebida casi traslúcida y encendió el ordenador.
CUMPLEAÑOS AQUÍ Y ALLÍ.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

#RTVVNoEsTanca

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Es una putada. De las gordas. De esas en las que te imaginas todas las metáforas posibles para tratar de poner una imagen al sentimiento, a lo que tienes en las entrañas. Te echa humo el teléfono, mensajes, alertas, preguntas acerca de gentes que andan a otras cuitas, pero que sienten el hierro como tú.
Y quieres que no sea así. Que sea un sueño, un mal sueño, y que mañana, o la semana que viene, volverá a despertarte la repe de 'La Taula' con el último tango del Valencia o, si te has dormido, con el 'Comença Bon Matí' de Majo Castillo. Tú, que duermes toda la noche con la radio pegada a la oreja.
Pero no. Se cargan la tele y la radio de aquí. La de la lengua de tus abuelos. Así, en plan cobarde. Con nocturnidad, y sin dar la cara. Y la pólvora corre. La redacción se mueve, late y, supongo, que las decisiones se toman con mayor responsabilidad, si cabe en las mesas de la radio y la tele valencianas.
Rabia, llanto, resignación y recuerdos desagradables para los santorales de los verdugos. Sin estar, sin ser, ese habrá sido el panorama. Y huevos. Muchos huevos y coños grandes como Mestalla. Así, sin paños calientes ni retórica literaria. Un comunicado lleno de calor y de verdades del barquero. Aplausos de todos. Caras conocidas y admiradas. Germà, Susana, Josep, Àngel, por nombrar algunos metiendo a todos, los más reconocibles por el menda.

Ellos se la han cargado. Los que pusimos nosotros con nuestro ejercicio democrático. Los que nos dijeron, y nos enseñaron en el cole, que venían a servirnos y no a servirse.

Empezaron mal. Todos. Da igual el color. Antes, en las familias de la Edad Media, el primogénito se quedaba con todo, al segundo le tocaba ser militar y al tercero de los hijos, le tocaba ser clero para subsistir. Ahora, los herederos de aquellos, los señores que engendraban por cantidad, colocaban a los hijos en los chiringos públicos. Cargos de medio pelo con compromisos del sobrino, del hijo o del nieto que no sabe hacer la o con un canuto. Han hecho como Homer, en aquel capítulo donde le daban poder y un sello. Pero la realidad ha superado a la ficción, salvo por el traslado del pueblo.

Quizá pueda ser que aquello de 'ande yo caliente y ríase la gente' tenga algo de razón. Ver la fuga de agua y no achicar, sino aprender a nadar para no ahogarse. Y ser el mejor nadador, para que no te pille el tiburón, llámese ERE, llámese Director General, llámese acosador sexual o su puta madre.

En fin. Es un mal 5 de noviembre. Tiene cojones, que sea justo en este día, tan simbólico de boquilla, donde nos han callado un poco más como pueblo y nos han quitado la dignidad.

Puede que sea el momento de poner más retratos boca abajo. Y no solo en Xàtiva. Y abrir ventanas.

Ellos pierden un trabajo. Nosotros perdemos más como pueblo.

Mucho ánimo a todos los trabajadores de RTVV.

#RTVVNoEsTanca

martes, 5 de noviembre de 2013

Chemi Sánchez. Es lo que hay.

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Pido disculpas. En teoría yo aquí tenía que hablar un poquito de juerga y Rock & Roll -en la cuestión del sexo tanto Armario Desordenado como un servidor seguimos siendo un par de caballeros gilipollas, que no gilipollas caballeros-, pero, como siempre, las teclas me acaban conduciendo sin remedio hacia mi tema favorito: yo mismo. Yo esto, yo aquello y qué guay soy, ¿no? Pido disculpas pero es lo que hay. ¿Qué mejor forma de no equivocarte demasiado que usar el tema que mejor se conoce? Es el tercer escrito, pero hagamos una presentación como mandan los cánones.
Chemi es de José Miguel. Sí, soy consciente que a much@s este nombre les sonará un poco amariconado, pero si Chema es de José María, Chemi es de José Miguel. Es mi nombre y tengo que respetarlo, pero está visto que en el deporte de rebautizar a la gente soy un blanco fácil: me han llamado de todo. A pesar de todo ello, no vacilaré en corregirte cada vez. Gracias a mis padres por joderme la vida, por cierto.
De Chemi a Chema; conocí al Peris una noche en Madrid. El día sería un viernes y el motivo sería Rock & Roll, pero lo que recuerdo sin ningún problema es el lugar, porque muy pocos sitios me parecen más apropiados para conocer a un grande como él que el Museo del Jamón de la calle Atocha: una de esas sedes de la franquicia que aún no se conocen los turistas y quedan por tanto reservadas a los crápulas del Foro y la gente con buen olfato. Cañas a un pavo, algo suave para picar y la conversación pronto fluyó sin problema. Han pasado ya años, pero recuerdo un claro pensamiento en mi mente: ¿de dónde coño ha salido este tío?
Que el Sr. Peris y yo nos hiciéramos amigos a las primeras de cambio se debe a que los dos amamos hablar por los codos, escuchar para reír, el cachondeo, apoyarnos en una barra, las mujeres y bailar un rocanrol (además de ser jodidamente guapos, claro). Y estas cosas que amamos las amamos de verdad, porque no entendemos la palabra ‘amar’ de otra manera. El sibaritismo se extiende por muchos sitios así que da gusto encontrarte con gente auténtica, sin pose, con gustos sencillos y a la que no le da por imponerte su criterio basándose en sus conocimientos. Cuanta más música conozco, más desconozco. Y cuanto más conozco a Peris, más le quiero. Una cerveza y luego otra, y muchas visitas pendientes a Levante.
El Refugio es un local madrileño que respira rock por los cuatro costados: pequeño pero matón y que abre hasta las mil. Allí se va a beber cerveza y a aprender música. En sus paredes no falta ni uno de nuestros mitos y en la tele se pinchan sin pausa delicias de las buenas aún difíciles de encontrar en el youtube. Obligatorio después de un concierto. Fue allí donde acabamos y fue entonces cuando se selló la noche con flores para todas, y el inicio de una bonita amistad. En esas aparecieron los teloneros (o músicos o pipas, no recuerdo) de los GNR (esa gira con sólo Axl Rose y muchas más de arena que de cal), y no les sacamos unas entradas para el bolo porque no quisimos. Estando con gente así no me vendo tan barato ni de coña. Ni tan caro: Si Mick Jagger hubiera entrado esa noche en El Refugio habría sido él quien se hubiera acercado a nosotros, a ver si le ajuntábamos….
Lo siento por el dueño de este Armario. Sé que le jode la vaselina pero una vez más: Es lo que hay. 

martes, 29 de octubre de 2013

Letristas invitados. Pepe Martí.

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Es lo que tiene abrir un melón en esto de las nuevas tecnologías: el lector-espectador con inquietudes pide un espacio, un punto de apoyo para mover su mundo. Y ante eso, solo caben dos respuestas. Y como lo divertido es compartir, -un vino, una tabla de quesos o una confidencia- y sin que sirva de precedente, aquí les dejo un texto de juventud de uno de los lectores habituales, Pepe Martí. Que lo disfruten.
1988 – 2013. 25 años a ritmo troglodita.
Dijo Loquillo en el Nueve tragos que “El ritmo del garaje“ fue un puñado de canciones hechas por gente muy joven para gente más joven. Y casi lo contrario es lo que pretendo desde estas líneas, que aunque sea una historia de adolescentes, ni lo soy ni la escribo para ellos, sino para gente como yo, que desde el umbral de su madurez y con una media sonrisa en la cara, recuerda con cierta nostalgia sus años de mocedad.
Así que, de Pepe Martí esto es mi ritmo del garaje; ¡A por ellos! Que son pocos y cobardes:
Adquirí en el Carrefour, cuando aún se llamaba Continente, por poco menos de mil pesetas  “Mis problemas con las mujeres”, cuando todavía no había tenido ninguno con ellas. Después vino “Morir en primavera”, y fue en ese momento con el “Rompeolas” sonando en todas las radio-fórmulas, cuando empezaron tales conflictos.
Aquel verano del 88 sería especial. Una noche me dormí con la radio puesta y desperté en la madrugada, se escuchaba “Cadillac Solitario” y un jovencísimo Loquillo me arrancó de dentro una emoción extraña. Aquel tipo no cantaba, gruñía con el alma y con los cojones, eso es, El Loco canta con eso. Entonces el otro loco, el locutor de rock and roll, interrumpió la canción con un “de Loquillo y Trogloditas, extraída de su LP El ritmo del garaje”; sentí la necesidad de conseguir aquel disco. Bueno, aunque fuera en formato Cassette, ¿recordáis?
Y en esto que un amigo me confesó que se había enamorado de una chica y estaba dispuesto a declararse. Yo le mostré todo mi apoyo, pero no tuvo suerte. Vino después a contarme que su pretendida le contestó que sólo saldría con él si un servidor no se lo pedía pronto, pero él mismo me sacó del apuro diciéndome que no esperara; prefería que ella estuviera con quien más le gustaba y ese era yo. Esto es amor, y el que lo probó lo sabe (Lope de Vega). Creo que es lo más maduro que escuché en toda mi etapa adolescente, todo lo contrario de lo que hice yo, sólo se me ocurrió decirle “hombre, tiene las tetas más gordas y redondas del barrio, se lo pediré”, él sonrió con cierta expresión de derrota. Se llamaba Moncho y era mi amigo. Años después murió en un accidente de circulación, tiene cojones la cosa. Un abrazo allá donde estés.                                                      
Era la primera vez que salía con una chica. Entendamos por salir aquello que se hacía con 13 años. Pasear, cogerla de la mano y lo más de lo más, abrazarla por la cintura sumergidos hasta el cuello en aquellas calentorras aguas de la piscina pública.
En lo personal lo vivía con entusiasmo pero a su vez acojonado; más que por si su madre me miraba mal, lo estaba por si su padre o su hermano mayor me soltaban dos guantazos. Así que decidí cortar con ella sin haber intentado robarle un beso. ¡ Qué cobardía!, ¡qué poca rock and roll actitud! La dejé después de que un  amigo algo cabrón se mofara de mí preguntándole a mi padre si ya conocía a su nuera.  Lo siento, me invadió la vergüenza. Se llamaba Manolo y casualmente también murió en otro accidente de circulación. Otro abrazo tan grande para ti como el de antes.
Llegó el otoño y con él mi cumple, y esa noche en casa de Vicent “el Yumi”, mis amigos me hicieron entrega de una vieja caja de zapatos llena de papeles; en el fondo una tapa de cassette azul celeste con dos inscripciones en rojo vivo, “LOQUILLO Y TROGLODITAS; EL RITMO DEL GARAJE”. Gracias chicos, es justo lo que andaba buscando. Fue un 15 de un mes bastante brumario, pero aquella misma noche en un claro de luna supe que pronto me convertiría en hombre lobo por culpa de Los Rebeldes, y de los Troglos claro.
El “Yumi” también nos dejó, esta vez por enfermedad, y quiero decirle desde aquí que le quiero un montón.
Con el invierno nos topamos con mi ex-chica saliendo con otro tipo. Era un chico de mi clase con el que me llevaba estupendamente bien, como con casi todos. Pero no pude evitar ponerme celoso, extremadamente celoso; y se lo hice saber a ella. Y ella a mi con un contundente“ahora te jodes”. Esto me costó algún también me emborracho y lloro cuando tengo depresión; ¡¡¡sí!!! ¿Qué pasa?
En nochevieja el padre de un amigo nos prestó su planta baja a modo de garito. Tenía baño, trastero y una especie de cocina con fregadero. A su vez el local hacía las funciones de garaje de su Ford Orión cuando nos marchábamos a casa y decidíamos dejar descansar al vecindario. Después de cenar gané el campeonato interno de chupitos de vodka, pero tuve que salir a la calle a pillar algo de aire fresco. Hacía frío pero no eché de menos mi chaqueta de aviador a lo Top Gun que traje aquella noche. Allí en la calle reparé en algo que me sorprendió, se escuchaba una música débil que salía de los altavoces de un solitario Seat Ritmo blanco, era una cinta de “El ritmo del garaje” y su dueño la dejó puesta sin darse cuenta al aparcar el coche. No había nadie, sólo aquel coche y yo. Volví a sentir aquella misma sensación que sentí la madrugada en la que me despertó aquella nostálgica canción. La misma sensación que me producen las canciones de ese disco cuando las escucho ahora y estoy sólo, sensación de que algo no volverá, algo como… ¿quizás he pensado nostalgia de ti? Sí, ya lo se; no volveré a ser joven.
Cuando saltó la cinta, ya que el radio-cassette no tenía auto-reverse, decidí volver a entrar, pero alguien gritó mi nombre. Llevaba medias, cazadora de cuero y mini falda ajustada, todo del mismo color; el mío, el negro. Se acercó hacia a mi y me contó que había cortado con su chico. Que si no lo hacía no podría venir a verme, y era lo que más le apetecía en ese momento. En ese instante salieron todos a la calle, eran casi las doce y las campanas de la iglesia esperaban. Pero yo decidí no seguirles, me quedé sólo con María y la invité a pasar a mi garaje.                                                               
Subimos a un estrecho altillo donde se realizaban las tareas de D.J., donde sólo cabía una colchoneta y un radio-cassette. Me arrodillé para “pinchar” mi cinta y ella se tumbó al mismo tiempo que empezaba a sonar lo que para mi siempre ha sido el más genuino sonido troglodita, los tambores de la intro de esa canción que algún iluminado decidió que compartieran los dos iconos del pop-rock de este país. Y mientras Loquillo y Alaska entonaban el tu madre no lo dice, ella sacó una foto mía de carné que le di en nuestras primeras citas, y dedicándome una sonrisa me dijo, “eres mi rocker”. Y yo me quedé mudo como siempre me suele suceder cuando lo importante no es hablar si no hacer, y lo hice. Me lancé al abordaje y la besé con pasión, bueno más que pasional ahora se que fue instinto sexual; y más que un beso aquello fue un montón de lengüetazos a diestro y siniestro, pero ¿qué queréis?, era la primera vez que hacía aquella cosa tan rara y nadie me había enseñado.
Mi mano izquierda se apoyaba en el suelo para no caerme de la colchoneta, la derecha la dejé caer con timidez sobre el lateral de sus caderas; vamos, aquello era un casi culo, y ella rodeaba mi cuello con sus brazos. Estaba casi oscuro, sólo nos iluminaban de manera intermitente una tira de luces de colores de esas que se ponen todavía en el Belén. Un ambiente perfecto para la ocasión. La cosa empezó a subir de tono y decidí mover ficha. Crucé mi alfil derecho con poca delicadeza hasta sus senos, eso sí, siempre por encima del jersey. Para entonces mi cerebro ya  actuaba desde dentro de mis pantalones y en aquel instante descubrí que sus pechos me  parecieron enormes y sorprendentemente duros, más de lo que nunca había imaginado antes, ya lo decían Los rebeldes, huesos blandos… carnes duras. Y es que,” al darle pechos a las mujeres que gran idea tuvo el Señor, y que franqueza al colocarlos justo delante del corazón” (Sabino Méndez).
Al mostrarse receptiva no tuve más remedio que intentar el jaque a la reina negra, y aventuré mi mano por debajo de su falda. Pero a medio camino, allá por la mitad de sus muslos, una mano rápida frenó y apretó mi muñeca, pero sin hacerla retroceder. Ella paró de besarme y me lanzó una mirada inquisitiva en la que se podía leer: No corras rocker, no corras.
De pronto alguien aporreó la puerta. Bajé rápido a abrir con la sensación de que había estado haciendo algo malo. Cuando ella me sugirió que no abriera ya era demasiado tarde. Allí plantado  estaba el tipo con el que había cortado horas antes, el cual ignorando mi presencia la observó con un velo de sangre en la mirada. La mía, avergonzada, se agachó al suelo con un solo deseo en el alma, que jamás me lo encuentre. Dio media vuelta y se perdió.
Fue entonces cuando María bajó del desván, se sentó en un sofá al fondo del garaje y me exigió que fuera su chico. Yo me sentí extrañamente seguro de mi, tanto que  ni el mismísimo Loquillo; cogí su foto de mi y escribí al dorso, “para María de Pepe el rocker”. Tomé su mano y como con un pégate a mi nena salimos a recorrer las calles de mi rocker city en la que fue la primera madrugada de aquel maravilloso 1989, el año en que mis tiempos estaban cambiando.

Agradecido:
A mis hijos, porque ellos son mi rock and roll actitud y porque ellos me dan la fuerza para luchar la vida por amor y con la energía de un adolescente.
A mis amigos, sobretodo a los muertos del arcén, dentro de los cuales quiero incluir a Juan Pedro y a Javi Casañ. Porque me siguen quemando por dentro y porque ellos me hacen creer que ya no somos inmortales, ahora somos eternos. Todos vosotros también fuisteis mi ritmo del garaje.
A Peris, por ser honorable y leal, y por prestarme su blog. Te prometo procurarme uno.
A María, que aunque nunca se llamó así, yo la recuerdo subiendo la radio al desván y siendo mi primera. Y como no la he visto en años no se si se conservará bella, pero os aseguro que lo fue.           

A las morenas de caderas anchas que después, como María, creyeron que yo era alguien con un toque especial; y que con sus tetas gordas y redondas, y con sus tejanos rellenos me dieron problemas, me mataron en primavera y me hicieron hombre mientras respiraba aquel aire de delirante juventud. Porque aunque fueron pocas no fueron cobardes y algo me quisieron.
Y entre todas ellas una, la más guapa. La que un día en Nueve tragos quiso ser mi sueño de rock and roll, y que años después se convertiría en la madre de mis dos hijos. Y aunque un día ella quiso que despertáramos, yo sigo soñando despierto. Y… ¿sabéis muchachos?, no me vais a creer. Tampoco se llamaba María, pero sí igual que aquella primera chica del garaje, y para mi su nombre es… el de todas las mujeres.
Y recordad, no poseemos nada con certeza excepto nuestro pasado; nuestro ritmo del garaje.