miércoles, 17 de abril de 2013

Vivir despacio en primavera.

blogger widgets



Pues bueno, parece que no hay vuelta atrás. Los nísperos empiezan a asomar sus colores y el abandono de Izarne a su abrigo es más que una señal. En breve vendrán los anuncios erótico-festivos de helados, y la compañera de administración, que en invierno ni fu ni fa, ya se ha puesto un par de veces unas alpargatas con cuña y unos pantalones claros que despiertan tu lado hedonista y canalla.

Sin duda alguna, y aunque una parte de ti no quería ver llegar este momento, estamos en primavera.

Antes que nos dejemos ametrallar por bodegones y naturalezas muertas en forma de cañas de cerveza y bravas de dudoso postín en los Instagrams de turno, (un saludo, caris) con esos pies de foto, que merecen por si solos el Pulitzer, el Nobel y la Copa Confederaciones, con las diversas versiones del 'That's life' y 'Spain is different', tocará tener unas cuantas de cal templando gaitas. Porque luego todas queréis champagne en la cena y mandanga de la buena, aunque ahora el cuerpo os pida tomar de esa sal del Himalaya que se vende en bolsitas y se chupa con el dedo (que gran definición del Comidista) que es lo más de lo más y que os pirra cuando vais a jugar a los hippies a la isla que está aquí enfrente.

Porque Coachella queda lejos. De todo. Hasta de las bolsitas y los outfits molones.

Nos va a llegar en breve lo nuevo, y lo primero, de Los Zigarros, el nuevo proyecto de los hermanos Tormo, bajo la batuta de Carlos Raya. Trescientos cuarenta y un kilómetros más al centro, Garaje Jack tiene un traje del mismo color gracias a esa maravilla generacional llamada crowdfunding, y Uzzhuaïa andan también de mesas, guitarras, arreglos y pelotazos de Jack Daniels con su nueva criatura, 'Santos y Diablos' que, aunque llegue en octubre, lo queremos desde ya.

Y tenemos la Filmoteca con ese paseo por los musicales americanos para las tardes de sábado y los regates de la siesta del domingo. Y los invitados ilustres del Kraken y la Wah-Wah para ser más canallas y vividores si cabe.

Y el nuevo disco del cabrón del Bublé, ese aliado infalible para eso que tú y yo sabemos, junto con una buena copaza.

Y la realidad que todas, sí todas, lo hacen. Por lo que es cuestión de saber usar las cartas. Y aquí somos un poco tahúres.


Porque, ¿habrá algo mas serio que vivir?

Sonríe más, preocúpate menos. Primavera, estamos listos. Ven.

lunes, 8 de abril de 2013

Nostalgias a Sara Montiel.

blogger widgets



Aún resuenan en la ciudad los ecos de la vuelta de La Viuda a los escenarios, con llenos en esta pascua valenciana de San Vicente. Una delicia de obra, según me cuentan, con emotividad latente en cada instante y un pequeño gran homenaje a todas aquellas divas de la postguerra de nuestros abuelos y de algunos de nuestros padres. Por aquel escenario pasaron, si no todas, la mayoría de las artistas de la copla, tonadilla y mantón de nuestra historia en blanco y negro. Rosita, doña Concha, Libertad Lamarque, Lupe Sino... Y la Montiel. Que hoy ha enfilado el camino de ida para convertirse, más si cabe, en eterna.

Suena a cruel paradoja o a bonita casualidad. Justo cuando acabó de iluminar el foco de la producción de La Intensa, después de los abrazos y los lloros liberadores que vienen tras la recompensa del trabajo bien hecho y su éxito obtenido, al día siguiente, entre farloperas catódicas y gritos de histéricas, te lleves la leche que ha muerto la señora, si señora, del 'Fumando espero'.

Porque Sara Montiel fue señora desde siempre. 

El final de su vida difuminó el pasado dorado que tuvo con todo aquello de abrir el camino a Banderas y Penelopes que dicen ahora en todos los canales, cuando nada tiene que ver una cosa con la otra. El Hollywood que pisó Sarita era respetable. Un putiferio, si, pero respetable como una casa de citas de carretera, con sus amores de copla de León y Quiroga, las piernas bonitas un valor en alza cotizado y donde una se codeaba con Gary Cooper que estas en los cielos o con el rebelde sin causa eterno.
Lo que se han encontrado ahora sigue siendo un putiferio, si, pero con menos estilo, con mucho polvo, me da en la nariz, y paradas de sexo fácil en cualquier esquina por cualquier señora puta que no le importa no dejar de serlo.

Y no es lo mismo. Por mucho que la Pe nos ponga cuando se viste de Sofia Loren, que no es más que la Sara Montiel italiana, pero sin el toque manchego, que no es poco.

Luego vino todo lo demás, con aquel episodio bizarro del matrimonio con el cubano palomo, los pelos de colores, las saetas fuera de tiesto y todo el circo de quien se ve desamparada, perdida y desubicada cuando se queda sin el tío que la hacía feliz.

Pero siempre será aquella que lloraba en 'El último cuplé' o 'La violetera'. Violetas, como los ojos de Liz. Mira tú que cosas.

Nostalgias a Sara Montiel. Nostalgias de Sara Montiel. Siempre.

PD: En realidad, yo quería escribir algo como esto, pero Don Francisco solo habrá uno, por mucho que el papa se llame Paco.

miércoles, 3 de abril de 2013

Cosas que hacer en Valencia cuando no estás muerto.

blogger widgets



Nada. Que no hay manera. Uno quiere hacer vida casera, con sus pucheros, sus sartenes, sus libros, ver como maduran los nísperos y los limones, leer la Cosmopolitan de cabo a rabo y comulgar dos veces por semana. Vamos, hacer cosas 'normales' a cierta edad.

Pero claro, llega la primavera con sus caprichos, sus helados de yogur con cositas por encima, los primeros ombligos al aire y la agenda de eventos solo te deja soltar un 'la cagaste, Burt Lancaster', porque tú querías reducir gastos nocturnos y tripa para ponerte a tono para aquello del verano y ya sabes que no va a haber manera.

Que como no te pille una personal trainer con aspecto de dominatrix, lo vas a tener clarinete. Tú que querías ser Gosh este verano y llegarás, como mucho, a Pepito Piscinas.

Decía Oscar Wilde que la mejor manera de evitar la tentación era caer en ella. El tipo en cuestión era un influencer en aquella época de absenta, escritos de papel y amantes de pelo y pluma. Así que, abracemos a la tentación y, como buenos libertinos, metámosle mano bien adentro.

Planes que no hay que perderse antes de que llegue San Vicente (que por si no lo sabes, es el 8 de abril, hijo de Satanás).

Plan 1. La viuda vuelve con 'Nostalgias'

La vuelta a los escenarios de Belén Riquelme, nuestra Amy W. de Ruzafa, que si fuera italiana debería llamarse Sofia o Mónica, es una gran noticia, por varias razones. Primera, porque prometío hacerlo en el primer verdor, segunda, porque pudo cumplir su promesa y tercera, porque esta mujer te batea el corazón cada vez que pisa las tablas. En este rincón somos fan hasta la muerte de ella y todo lo que hace y solo pedimos, egoístamente, que tarde mucho en largarse a alguna de las capitales a emprender su camino a las alfombras rojas.

Retoma el papel de artista enigmática y respetada de los años 50 y 60 anclada en un pasado trágico creado para 'La viuda del mar', antigua pieza de cabaret, acompañada de manera genial por el acordeón y los dedos de Isabel Latorre, y repiten equipo nuevamente, tras la bonita pieza de Miniteatro 'Le tuteur d'amour', con este 'Nostalgias', un homenaje a la música española, argentina y cubana, desde la República hasta el exilio de muchos españoles en Argentina.

Poco más se sabe de esta obra, dirigida por Alejandro Tortajada, que se ha vendido bien a través de las redes sociales, con virales de imágenes de la diva sobre sus pruebas de vestuario en una pre-actuación que no hace más que aumentar las ganas de saborear las cuerdas vocales de la artista, con el tacto de un habano en las manos y el ardor de un ron en el paladar.

Plan 2. Vinos y viandas.

En el viejo cauce del río, cíclicamente, aparecen de la nada casetas, carpas y demás artilugios con un denominador común: comida, bebida y música. La denominación de origen es lo de menos. Alemania, Sudamerica entera o Andalucia dejan un cachito por allí para saborear y abusar de las cuitas gastronómicas y sus acompañantes líquidos para uso y disfrute de la parroquia local que empieza a ver mundo por el estómago.

Pues ahora toca mirarse el ombligo y dar rienda suelta a todo lo de la terreta, con la muestra de vinos, cavas, licores y alimentos tradicionales. Sacar la sonrisa canalla, calzarse las botas del polvo del camino, ir en mangas de camisa y con algo en la mano por si refresca y estar dispuesto a probar quesos, cerdo curado y, porque no, vinos blancos con aura de especiales, son los únicos requisitos para disfrutar de ello. Pedir vermú en todos los expositores, y pasar informe de daños a Nada Importa, tontear con alguna bodeguera y acabar dándolo todo en cualquier local de Ruzafa es opcional, pero también divertido.

Plan 3. Ver como maduran los nísperos y los limones.

Porque al séptimo día, descansó.

Si se tuviera que definir esto, economizando tinta, Veuve Clicquot serían las palabras. La viuda y el vino. Ya llegó la primavera.