Si las cuentas no me fallan, esta semana ha habido fútbol en la tele todos los días de la semana. El lunes y el viernes, liga. Martes y miércoles Champions League y jueves Europa League. Y claro, habrá el sábado, habitat casi natural de la competición doméstica. Pero la parroquia valencianista espera el domingo como un colegial de preescolar latiendo por su primer amor. El domingo hay Partido. Con mayúscula.
Y esto, nos descoloca. No tanto por el partido ni el rival. Mínimo jugamos dos al año contra el Barcelona, así que la cosa no nos pilla por sorpresa. La desorientación viene por la distancia, cuatro puntos, entre Barça y Valencia. Y los dos en todo lo alto. Seguirá el equipo blaugrana primero pase lo que pase el domingo, pero el estado de ánimo fijo que variará si se mantiene la distancia, se alarga o se acorta. Tanto aquí como allí.
Y seguro que muchos de ustedes habrán visto como, de un pequeño tiempo a esta parte, los invisibles valencianistas han recuperado un poco de share mediático. Radios nacionales con programas especiales, entrevistas a jugadores y técnicos y supongo que algo de tele en esos engendros sin calidad y con un amplio perfil de lobotomizados televidentes. Un verdadero foco. Que sí, que el partido es de los buenos. Que merece eso y un poco más. Pero este perro, ya más viejo que joven, intuye que la simpatía y la caricia viene por ser quien es y por jugar contra quien se juega. Porque no creo que ninguno de ustedes dude que si el partido fuese contra el Floper Team, el discurso cambiaría bastante, a favor de quienes ustedes ya saben.
Pero bueno, benditas sean estas loas si no reducen la tensión de estar a lo que estamos. Y tengan en cuenta que no somos más que el elemento conductor, el usar y tirar de esta semana. Los periodistas de bufanda son del equipo, normalmente Barça o Madrid, y del equipo que juega contra el rival. Y este año, desde la Madrid madridista, con o sin bufanda, el domingo irán contra el Barcelona, que no es lo mismo que ir con el Valencia. Ronceros, Juanmas Rodríguez, que pena este señor con lo bien que sonaba en la radio episcopal cuando hacía de sustituto, y todos aquellos que cuyo nombre no quiero acordarme porque no los sé, harán fuerza con cada carrera de Guedes, rematarán cada centro de Gayá y gritarán gol antes que cualquier remate de Rodrigo o Zaza llegue a la red. Pero no por nosotros, por ellos.
Pero más divertido es esto que les voy a contar. Es un poco intimidad costumbrista, aunque sin desnudos. Así que, tranquilos. Verán, en mi lugar de trabajo compartimos estancia tres personas, dos barcelonistas y servidor. A pesar de la evidente diferencia de coeficiente emocional, intelectual sería decirles demasiado, hay buen rollo entre ellos y yo. Pique sano y divertido. Y no vean esta semana, con el soniquete de 'El domingo partidazo, ¿eh?'. Y no vean ayer cuando comentaban, con risita nerviosa, que Messi estaría descansado para el domingo. E incluso hacen bromas con que les da igual que Alcácer, descansado también, no celebre el gol, o los goles, que marque el domingo. Alcácer, que han descubierto que es buen jugador, dicen. Que les gusta como ataca los espacios y como entiende ahora el juego del Barça, dicen. Y que veremos a quien ponen con la baja de Piqué. Que ya ves tú el recurso. De verdad que dan ganas de acariciarles el lomo y susurrar un 'Ea, ea, ya pasó', como si no hubieran más de quinientos millones de diferencia en valor de jugadores. Esa era la cifra, aproximadamente, que citó Juan Carlos Valldecabres en Las Provincias a mitad de esta semana. Casi nada, oiga.
Pero bueno, ¿y lo divertido que es? De hecho, es como volver a la escuela. Tener la ilusión de que se junte todo y zurrarles el lomo. Y si es por algo injusto, mejor. Con dos palos y tres paradones de Neto, por ejemplo. Para que rabien. Aunque no pasará. Pero si pasa, el lunes no hará falta despertador. No será un lunes mierder y tendremos baile. Y podremos poner el martes los goles narrados por Héctor Gómez, por ejemplo. Con gallo de emoción incluido. El más sincero de todos los gallos. Y el miércoles otra cosa. Y el jueves un póster blanquinegre. Y el viernes descanso porque la alegría dura poco en la casa del pobre. Y esto no ha hecho más que empezar.
Y si no pasa, si el Barcelona gana, o barre, al Valencia, sin problema. Seguir poc a poc, sacar cuanto antes la máxima distancia al quinto clasificado para cuando venga el invierno de verdad, que vendrá. Felicitar y a otra cosa, mariposa.
Però, i si guanyem, Jaume? Això si que seria bonico, Bonico.