martes, 13 de abril de 2010

TAPAS, SUDOR Y ROCK N’ ROLL ACTITUD

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Zaragoza, 9 y 10 de abril. Esos eran los días marcados en rojo en más de un calendario de diferentes puntos de la piel de toro. Con la excusa del rock, bendita excusa, un cartel de los que valen la pena y una compañía que estaba al nivel del cartel, e incluso la superaba, que por tierra, mar y aire iba llegando a la capital de la Pilarica. Teruel, Alicante, Palma, Menorca, Logroño y Valencia eran los lugares de partida para disfrutar de un fin de semana de poco descanso, varias vivencias y mucho rock ‘n roll. Como culos inquietos, nos dimos un homenaje gastronómico local, elemento tanto o más importante que conviene resaltar, compartimos barras, vivencias y guitarras con Hotel y descubrimos los rincones oscuros de la noche zaragozana. Un buen preámbulo para el concierto Wanted Festival con un cartel que lo merecía. La sala Multiusos nos ofrecía a un grupo local, Enfermos Mentales, que fueron la sorpresa agradable y cachonda de la noche, La Frontera, Los Ilegales, Siniestro Total, Loquillo y Burning. Toda esta retahíla de rock nacional nos obligaban a hacer guardia en primera fila desde las 19.30 para poder disfrutar, saltar, gritar, fotografiar, besar y tocar. Y no fue cosa fácil. Con La Frontera empezó la buena música y las primeras pasiones, con un Javier Andreu correcto y más centrado en la música que en otras aficiones no tan artísticas, aunque en ellas también se conjugue el verbo pintar. ‘Judas el miserable’, ‘Cielo del Sur’, ‘Pobre tahúr’, y ‘En el limite del bien’, todas sonaron y muy bien casi siempre, aunque nada que ver con los problemas técnicos que iban a sufrir Los Ilegales. Jorge Martínez, tan claro como siempre y lleno de razón, al menos esta vez, soltó la primera parrafada acerca de lo mal que sonaba su guitarra, cortando a medias ‘Tiempos nuevos’. Es un gran músico, no toca, acaricia la guitarra, consigue sacar un sonido limpio, claro y detrás de esa pinta de cascarrabias buscabroncas hay un músico que merece la pena escuchar en directo. Resultará interesante ver el giro que va a dar su carrera ahora con su nuevo proyecto, que tiene muy buena pinta y promete no dejar indiferente a nadie. Espontaneo, y directo como un gancho de derecha en el quinto asalto, soltó cuatro verdades acerca de los capullos que juegan a hacer blanco en los que están arriba del escenario, se hizo fotos desde el escenario, en primera fila, y disfrutó e hizo disfrutar a todos los que por allí andábamos. Ya nos quedaba menos para poder vivir la razón y nuestro principal motivo del viaje. La tensión se acumulaba, la deshidratación nos hacía mella, por mucha cerveza que tomáramos, pero había que resistir a pinches mexicanos de mala madre, rocketas pasados de vueltas que confunden pasión con otra cosa y mientras oíamos de lejos a Siniestro Total, en el Bernabéu pasaba lo mismo con los solos de Messi y Pedro. Cercanas las 0.30, se acercaba el momento. Laurent, Laura, Stinus, Santi e Igor tomaban el escenario y con los primeros acordes de ‘Por las calles de Madrid’, salió a escena Loquillo, provocando la ovación de la noche. La siguió ‘María’ y todos los temas esperados, mezclando los clásicos como ‘Carne para Linda’ con nuevos himnos como ‘Linea clara’ o ‘Sol’. Por supuesto que no faltaron en el repertorio ‘Rock n’ roll actitud’, ‘Arte y ensayo’, ‘El rompeolas’, ‘Feo, fuerte y formal’, ‘La mataré’, ‘El hombre de negro’, ‘Cruzando el paraiso’, aunque no en este orden, y las esperadísimas ‘Rock suave’, enlazada y cantada con ‘Las chicas del Roxy’. Loquillo ha sabido rodearse de una banda sólida, con un gran Jaime Stinus, una perfecta base rítmica con Laura y Laurent, complemento de las teclas de Santi, e Igor. Igor Paskual. Heredero de la actitud de rock ‘n roll. Punto irreverente, canalla y seductor, engrandece a cualquiera que comparta con él escena. Puede ser el lider de cualquier banda que se propusiera del panorama nacional, cosa que igual al final sucede porque anda sobrado de carisma, pero mientras seguiremos disfrutando de su complicidad con Loquillo, Stinus y Laura. Fue un concierto grandioso, con grandes momentos, con la banda entregada a un público conquistado para la causa, cansado y excitado, pero feliz, que finalizó con un himno generacional como es ‘Cadillac solitario’. Mientras sonaba el ‘You’ll never walk alone’ como despedida y preámbulo a la salida de Burning, sabíamos que ahora si el cansancio, las horas de plantón y los conatos de pelea por mantener el espacio vital valieron la pena. Aún nos quedaba la leyenda, con los músicos que aún quedan de la formación original, Burning, pero la incorporación a la gira de Pitu, ex-Pereza y Garaje Jack, le da un plus de calidad y espectáculo en el escenario. Gran inicio con ‘No es extraño que tú estés loca por mí’. ‘Esto es un atraco’ ‘Jim Dinamita’, y ‘Una noche sin ti’ fueron cayendo una a una, ante un público menos masificado, pero no por ello menos entregado. Por supuesto que tocaron ‘Que hace una chica como tú en un sitio como este’ y cuando estabamos más cerca del domingo que del sábado, dieron por finalizado el Wanted, agradeciendo la presencia a todos y saliendo de allí todos con la sensación que el rock del bueno nunca pasará de moda, por mucho que se mantenga en el lado salvaje de la vida.