lunes, 20 de mayo de 2013

Mujeres y problemas, problemas de mujeres.

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"Hay cosas que un hombre nunca llega a saber, los deseos ocultos de una mujer."

Este principio, tan válido como otro cualquiera, lleva sonando en modo random dentro de mi cabeza durante una semana, o quizá más. Ahora que el día alarga, y antes de meterme de lleno entre las páginas de los camerinos del rocanrol y en los bajos fondos de la farlopa más chunga, dando buena cuenta en una terraza de una merienda mientras veía la vida pasar, hice un repaso mental de algunas de las mujeres que entran y salen por mi vida y me vino a la cabeza esa pregunta que todos, absolutamente todos, nos hacemos, por lo menos, una vez en la vida: ¿Qué quieren las mujeres?

Aprovechando que llegaba de visita a su tierra, propuse un concilio 'tête a tête' como Dios manda, - vino, queso y relojes en la nevera - con una de las mujeres a las que más respeto, mi amiga Silvia, para intentar clarificar esta duda existencial. Y para vivir la vida y disfrutar de su bella sonrisa, la de la moza, quiero decir.

Mi confidente, fue clara desde el primer momento. No sabe que querrán las demás, pero ella no se anda por las ramas. Como madre primeriza, quiere recuperar su cuerpo cuerpazo, sin más, y volver a tener mambo del bueno con el padre de su hijo. Y puestos a pedir, tortilla de patatas que no engorde y Conguitos, esos que están requetebien con cuerpo de cacahué, pero adelgazantes.

'Ya, claro' -le espeté yo-. 'Tú ya has conseguido el cuento Disney con el tipo guay de la fiesta, respetuoso, caballero y con declaraciones de amor de las de siempre, de rodilla en tierra y champán para brindar. Pero lo normal no es eso. Lo normal es liarla a más no poder y echar la culpa al empedrado'.

Porque eso es así. El agua moja, el cielo es azul, y las mujeres se complican la vida SIEMPRE. Y con 'la vida', me refiero a los temas de alcoba y corazón latino.
Sí, lo se. Esto es una invitación a cavarme la tumba. Pero tengo aquí mismo la pala de punta y el miedo es para los toreros malos y los boxeadores con un mal uppercut, así que traigan un cura para las últimas voluntades y a Ricard Camarena y sus guisantes encurtidos que allá vamos.

Las herederas de Eva no saben lo que quieren. Primero era el macho alfa, nuevos hombres y toda esa gaita. Pero ahora, nos viene el hombre beta, sensible, pero no moñas, a ser posible de pelo en pecho y con menos cremitas. Vuestras amigas de los gabinetes de belleza os esperan en el callejón de atrás, con las uñas de porcelana afiladas, monas.

Aireando otra de vino, no importa cual si la compañía es buena y esta lo era, y dándole lumbre a un Lucky, Silvia asiente con resignación y suelta un 'Tienes razón' que me acojona hasta atragantarme. ¿Razón? ¿Lo hemos descubierto?

Me enumera un par de casos de amigas recientes, de allá por donde el Ebro, que hablan y sostienen mi ¿loca? teoría: Caso 1, socia de un bufete de éxito, madre de una y con otro de camino que anda haciendo tontadas con un bohemio cantante de rock local. Y felizmente casada y bien follada por su marido, asegura, en esos cafés de la tarde tan necesarios para la 'baturra social life'. Pero el rockero tiene un no-se-que que la vuelve loca, chica.

'- ¿Puedo tomar notas? - Claro, a eso hemos venido, encanto. A tirar de la manta'.

Caso 2, no igual pero parecido: joven, aunque cada vez menos, ejecutiva de ventas, que sueña con barcos y viajes a Córcega, con un aspirante a grumete al que conoció después de tirar por la borda al yerno perfecto para su madre. O mientras lo tiraba. Y alguna vez lo llora cuando los gintonics y las bolsitas te hacen llegar a esa fase de lagrima fácil. Al grumete, no al yerno, aunque el fulano es poco más que la tierra prometida en plan chorbo. Justo al final del horizonte. Por lo que es imposible no acordarse del refranero español y aquel 'Prometer hasta meter...'

Pero, ¿tendrá algo que ver que sean mujeres liberales en su profesión las que juegan a este 'Mujeres desesperadas'? ¿Tanta religión ha creado 'Sexo en NY', 'Anatomía de Grey' y las series de Divinity?

Pues no necesariamente. Esta liberación y este liar la madeja vale igual para la gente de los barrios de Salamanca madrileño o El Eixample valenciano, como para cualquier zona de clase obrera y tasa de paro por las nubes. Ahora ya no somos nosotros los que nos cogemos unos mocos en Ruzafa o donde acampemos y, a las horas de cierre, tiramos de WhatsApp para un ¿OLA KE ASE? buscando sexo hedonista sin más. O, al menos, ya no es derecho único del hombre. Ahora son ellas las que le comen el morro a la camarera a la que le ha hecho ojitos, en el baño, con cualquier excusa rápida, por puro placer, y sin pasar de ahí, que no hace falta tampoco, no sea que cualquiera de los chicos se vaya a enfadar. Y ellas nos adelantan por la izquierda en actitud, como un rockero argentino, entrando y saliendo del armario cuando les entra en gana y sin despeinarse un mechón de pelo y el labial de Chanel intacto y libre de toda sospecha.

Pero, ah señoras, en estos deportes existe contacto y el contacto implica, algunas veces, sangre y zancadillas. Y luego no vale pedir árnica, hacer cara de no haber roto un plato o el enclaustramiento monacal, echando toda la culpa al resto de la humanidad masculina porque aquel no bailó a tu flauta como si una serpiente encantada se tratase. Este es el negocio, está así montado y las arrugas en la cara y las muescas en el revólver es el peaje que se cobra esta perra vida.

La otra opción es estar en las mesas de cuestación contra el cáncer y vivir tal y como el símbolo de la pegatina implica, y ser consecuente con todos los actos durante las veinticuatro horas del día. Incluso las del sueño.

"...y entre confusión y prisa me ha surgido una gran risa, era bella su sonrisa." Y este puede ser un final a un todo. Nos enseñáis los dientes y caemos como gorrinos. Porca vida.

viernes, 10 de mayo de 2013

Sé que fuiste tú, Fredo.

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«Soy el que mejor juega al mus desde que se inventó y hago los mejores cócteles porque les pongo amor, que es un ingrediente que no le pone la gente. Cuando mezclo los ingredientes, pienso en lo feliz que vas a ser cuando te lo tomes...».

Sé que fuiste tú. 

No me cabe la menor duda. Yendo a Alemania, mariconeando o colgado de la cintura de cualquier guiri alemana o sueca. Con tu boina enroscada o buscándole las vueltas a Conchita Velasco, que también merece una tarde de estas, antes de que sea idem.

Ahora todos hablarán de lo bueno que fuiste, que creaste un género de risas, bañadores y señoras estupendas, menospreciando algunos las sesiones de cine de pueblo, donde solo pretendías hacer reír a la platea, a base de bondad, simpatía y una cara pan que tiraba de espaldas.

Que cabrones que son. Que cabrones que somos.

Pues que quieres que te diga. Que con aquellas me divertía mucho. Son parte de aquellas tardes, cuando el invierno era invierno de batín y estufa roja y en casa la siesta competía con alguna de tus aventuras. Y tus aventuras casi siempre perdían con todos. Menos conmigo. Ya sabes, soy un poco viejuno, me gusta leer periódicos de papel y estas cosas me recuerdan a aquellos días. Y me la sopla que los modernos que olisquean por aquí se atusen sus barbas y asientan negativamente o que las bonitas damas ya no quieran momentos incontables, de no contar, en cualquier baño de cualquier lugar. Repito, me la sopla. Aquellas películas eran buenas, incluso transmitían mensajes sociales que ríete tú del Haneke ese.

Pero es que luego vino aquello de las películas 'serias' y lo bordaste. Todos hablarán, con razón superlativa, de 'Los santos inocentes', del bandido Fendetestas, de 'La marrana' o esa maravilla que es 'La vaquilla'. Pero me quedo con otra de las tuyas. No por ir a contracorriente ni nada por el estilo. Simplemente porque sí. Por gusto. Coño, si hasta le prestaste el apellido de tu madre al personaje. Germán Areta, ese poli que parió el Garci y que, si fuese de Ellroy, tendríamos todos el potorro hecho cocacola.

El crack. Y poco más que añadir.

Espero que los señores de las teles, La 2 es mi esperanza, programen de nuevo la peli. Para ver como le apuntas en los huevos a Bareta porque te ha jodido el menú. Para ver a Rollán con pelazo. Y a Bodalo. Para ver humo y whiskys en vaso de tubo. Porque es de esas pelis que hay que ver cuando la ponen. A la vieja usanza. Old style. Viejunos catódicos.

De los buenos, nos queda Sacristán, que como dijo alguien, tiene la cara que se merece. Y una voz cojonuda, dicho sea de paso.

Pena no haber sido de los afortunados catadores de tus dry martini.

Saluda al Fernán-Gómez. Y también al Sancho, que hace poco que se ha mudado allí y dejará de ser 'el nuevo'.

Y ya que estás, a los míos. Tú ya sabes quien.

Fredo, fuiste tú.

Gracias.

sábado, 4 de mayo de 2013

Loquillo, Nueve Tragos y letras a una madre.

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Hola mamá:

Se que no vas a leer esto a no ser que alguien te chive donde esta esa cosa en la que escribe tu hijo pero, aprovechando que mañana es tu día, y haciendo caso a Paula Pons que es más lista que yo, voy a darte un abrazo desde aquí y que todos los hijos puedan usar esto para hacer lo mismo con sus madres.

Muchas veces te preguntas a que dedico las noches que no acaban casi nunca. Y por eso te lo voy a contar. Tranquila, no hay ninguna cosa mala, ni gente dando droga para ver si picas, eso ya no existe. Creo que lo sabes, pero es tu obligación el protegernos de las malas influencias.
Pues anoche fue un día de los de suerte. Mucha y buena. Tu hijo, y los pasos de la vida, ha conseguido reunir a unos elegidos que son su tropa pretoriana. Casi como hermanos. Y anoche, uno de ellos, por aquellos azares del destino, me regalo una entrada para ver a uno de los grandes del rock en España. Sí mamá, anoche estuve viendo a Loquillo, gracias a mi amigo, mi hermano de sangre, Pepe.

Llegamos pronto, pero ya se respiraba un ambiente de rock, de chupas de cuero y de tacones de infarto. Hicimos un poco de tiempo tomando un par de cocacolas con hielo, mientras la sala se llenaba, con muchas banderas del pájaro loco rockero y bastantes patillas. Por los altavoces sonaba música de la buena, como Johnny Cash que, aunque tú no sepas quien es, ya te digo que fue un gran rockero y de escucha obligada y necesaria. Sí, es ese del póster con el dedo que tan poco te gusta.

Allí vimos a María y Rafa y, para celebrarlo, nos tomamos unos chupitos sin alcohol. María estaba muy contenta porque tenía muchas ganas de ver el concierto y tuve envidia de Rafa porque iba a ser la primera vez que veía a Loquillo en directo. Nos reímos un poco de la chica de la barra, pero sin ninguna maldad. María hizo amigos nuevos y brindó con ellos con cocacolas y schnaps de mora y le daba tiempo a cantar a tope alguna de las canciones. A veces hace tantas cosas a la vez, que parece que tenga pilas de larga duración.

El concierto estuvo muy chulo. Tocaron todas las canciones que esperábamos, incluso aquellas que yo escuchaba con el viejo radiocasete y que me obligabas a bajarle el volumen, con esas letras que yo transcribía para entregárselas a aquella chica del instituto que me gustaba tanto. Loquillo tiene una gran banda y sonaban muy bien. Gary Oldman, perdón, Jaime Stinus, está en plena forma y a la derecha del dios padre el caballero astur Igor es un gran seguro de vida y rocanrol actitud de la de toda la vida. Pude ver la cara de orgullo que tenía Andrés al ver como su amigo hacía levantar los brazos de la gente, con el mayor de los respetos, poniéndonos, otra vez, la piel de gallina con el derroche vocal lleno de sentimiento con el 'Cadillac solitario'.

Luego volvimos al Nueve Tragos donde últimamente hay aroma a libros y sabor a vino para volver a vivir los momentos más especiales del concierto, con gente como Dani, de Barna o el alma del Club Elvis, ese bonito proyecto en homenaje al eterno Vicente Ahumada. La gente es muy amable conmigo cuando me reconocen como el que escribe aquí, y me dicen cosas muy bonitas y sinceras que debería apuntar para que no se me olvidaran.

Quizá fuimos un poco pesados con la banda y Andrés acabó un poquito harto de nosotros, por lo que haré aquello que me enseñaste, pedirle disculpas por ello. Andrés merece tener siempre el bar lleno como anoche. Incluso volvió Emilio Solo y me dijo lo que tú, que me cortara el pelo.

Así fue una de las buenas noches en las que no parece que tenga casa. Así es como te lo puedo contar y como yo la recuerdo.

PD: La fotaca es de anoche en el Nueve Tragos. Tarque también disfrutó del concierto.

jueves, 2 de mayo de 2013

Igor Paskual. El (noble) arte de mentir.

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Mayo.
El mes de las flores, dicen.
El mes institucional de nuestras madres, que bien lo aprovecha Isidoro para hacer caja y algunos piratas de la mesa y mantel para clavarnos la VISA en toda la espalda. Y, por lo menos en estas tierras, el mes de la Virgen, la Geperudeta, aunque esto es harina de otro costal.

También es el mes donde apura sus minutos de descuento la Feria de LibroEl sol juega a favor en estos días de primavera en Viveros, donde las gafas de sol, los primeros tirantes y el tacto de los lomos de los libros que huelen a nuevo constatan, más que nunca, que leer es sexy.

Y Fani Grande, con sus escraches literarios, también.

Pero muy lejos, y a la vez tan cerca, con ese maridaje que por aquí tanto nos pone de literatura y rock, el sector canalla, de tacto suave y taco irreverente, tiene una cita en el Nueve Tragos para cumplir y arropar al guaje Igor Paskual en la presentación de su libro 'El arte de mentir'.

Y si, candidatas a suegra, el menda estará allí. Que aunque ustedes no quieran saberlo, ser canalla es lo que les gusta a sus hijas y, quizá, a algunos de sus hijos.

El guaje es un tío listo. Pero no de listillo. Listo de los que se curra las cosas, que aprende aprendiendo, de verbo fácil y, por lo que me cuentan quienes han leído su particular Iliada rockera, bragueta más fácil aún. Apasionado del balón sportinguista y del Ciclón de Boedo y contra todos los fuertes, como buen bebedor y vividor, nos va a dejar desentrañar un poco más, si cabe, de lo que hubo, hay y habrá en la trastienda del rock, desde la puerta de atrás de antros de coca y sudor hasta el mayor jacuzzi de los hoteles de lujo.

Porque esa será, la manera más inocente de provocar.

Y seguro que saldrá airoso de las entradas a quemarropa en forma de preguntas con punta.

Como Eloy en sus carreras por El Molinón. O las de Lucho, soñando con ser Quini.

Parece que va a quedar una buena tarde. Veremos cuanto nos dura la noche.

Mañana, y no exactamente a la misma hora, puede que os cuente.