Situación: Noticias de cadena nacional. Reportaje de investigación. Resultado: el garrafón no existe, es una leyenda urbana. Consecuencia: Descojone para mis adentros.
Con este principio en forma de telegrama se podría resumir la relación causa-efecto que ha tenido una noticia que he visto en la tele. Ahora resulta que no hay mala calidad en la bebida, sino mala calidad del bebiente o absorbente de liquidos. No me creo que esos tragos de whisky con limón que bebíamos cuando éramos jóvenes por cuatro duros en forma de cubalitros fuera Chivas Regal, ni siquiera J&B o incluso whisky DYC. Pero bueno, si se ha analizado la calidad de la bebida y ha salido que es buena, será cuestión de creer que es una leyenda urbana. Cuando vaya esta semana a ver a mis padres, se lo diré, "Papá, mamá, me han estado engañando desde jovencito. La bebida que me ponían en Jardines era buena, el mal bebedor era yo". Lastima de resacas de licor bueno, pena de mezclas de refrescos con gas, si hubiera tomado chupitos del licor en cuestión, en menos norias hubiera subido. El futuro existe, un futuro con menos garrafa, donde las trompas serán con todas las de la ley. Genial. Superlativo. Mágico. Viva Walt Disney y la madre de Bambi. Me tomaré una cervecita light, ahora he de recuperar la línea perdida después de estar de nuevo on-line, o sea en el mercado, y veré ansioso el debate ZP- MR, que seguro que hablan de esto y dirán aquello de "España va bien, el garrafón no existe".
Parte 2. Ayer domingo empezaron las fallas de manera oficial. Seguiremos con la rutina falleril, visitas al casal, escapadas a los garitos del barrio, excursiones al centro de la ciudad y dormir en los rincones. Anoche comenzamos a calentar el cuerpo, con cenita en nuestro casal, con ligera intoxicación etílica. Menos mal que ahora no hay garrafa. Ni mujer. España va bien, espero que mis riñones e hígado, también.
lunes, 25 de febrero de 2008
viernes, 22 de febrero de 2008
Deciamos ayer
Así como Fray Luis de León tras su combate con la Inquisición, cuenta la leyenda que reinició sus clases con un “Deciamos ayer…”, sin ser fraile y sin ser de León, me permito iniciar esta segunda época en la escritura blogiana con ese mismo titulo. Titulo que quizás solo tenga explicación para mi mismo, pero que no es más que un guiño a mi nueva situación, a mi liberación carcelaria de ese invento creado por el hombre llamado matrimonio que por la penosidad de los últimos acontecimientos se asemejaron más a la penitencia que al lecho de rosas y edulcoradas situaciones que imaginas cuando ves a la que tu crees que va a ser la mujer de tu vida cortando la tarta con una espada que tiempo después si pudiera afilarla y clavártela, lo haría. Pero, en fin, entre esto, ir de loqueros, o ser cliente vip de las samaritanas del amor, por coherencia, por amor propio, por interés, por exhibicionismo, por todas estas cosas, o quizás por ninguna, intentaré escupir mis reacciones y mis vivencias en este no-papel que espero que a quien tropiece por aquí, le guste. Sed bienvenidos. Quitaos los zapatos si queréis, estáis en vuestra casa. El mueble bar está lleno y el baño, la segunda puerta a la derecha.
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