Fumata blanca. Mendes cogió su fusil y definió una venta escandalosamente escandalosa. Al final, si miramos los números, la operación Cancelo ha salido bien para todos. Para el jugador, que va a uno de los equipos más grandes de Europa, para el Valencia CF, vendiendo a un activo con el que no se contaba inicialmente para la temporada que viene y casi cuadrando balance y para el representante que ha vuelto a hacer su trabajo de manera impecable. De hecho, cuenta desde Twitter @VCForever que va a sacar del Primavera de la Juve a un chaval por 20 kilos. El chaval, Andrea Favilli, lleva jugados 14 partidos, 12 en Serie B y dos de Coppa, y fue comprado por el club dueño de Cancelo por 7,5 kilos.
Esto es el fútbol moderno. Cantidades escandalosas por jugadores que ni conocemos. Pero claro, lo fácil es lanzar la pelota y decir que es caro. Ahora la opinión la marca una visita a Transfermarkt y dar por buenas sus cifras como si de un acta notarial se tratase. Cuñadismo futbolero. Pero hay un matiz que se os escapa, caballeros con palillo. Recuerdo que allá por mayo se largaron a Singapur aquellos que mandan en la planificación deportiva del Valencia CF. Y no fueron de turismo. Fueron a presentar la hoja de ruta al dueño. Y el dueño se supone que aprobaría los planes. O si no todos, sí los que se están ejecutando ahora mismo. Y en estos planes puede que hablaran de cifras para reforzar posiciones y, a partir de ahí, traer jugadores del agrado del cuerpo técnico o de jugadores concretos con sus cifras correspondientes. Que parece lo mismo pero no lo es. Por tanto, si Diakhaby ya es uno di noi es por alguna de esas variables.
Pero claro, ya caemos en aquello del precio. Que ha sido toda la vida igual, ojo. No es cosa de Twitter. La losa del precio pagado por un jugador es grande. Y si es joven, más. En aquellos tiempos, cuando el Athletic Club fichó a Joseba Exteberria por 500 millones de pesetas parecía una barbaridad. Si no les vale el ejemplo por aquello del mercado acotado de los vizcaínos, el Madrid firmó a Ramos con 19 años por 27 millones con menos de cincuenta partidos en Primera. Incluso la llegada de Cancelo era una barbaridad. ¿Por qué? Porque no lo has visto jugar, no sabes quien es y en aquella operación parecía que la cosa era más un 'Show me the money' de Mendes que no una oportunidad que le ofrece un amigo a otro. El tiempo, ese juez que pone a cada uno en su lugar, colocó a Cancelo como un jugador correcto, bastante mediático por sus arrestos juveniles y una de las mejores ventas del club. La cuarta, para ser más exactos.
Por eso, la marcha de Cancelo y la llegada de Diakhaby solo las puedes valorar en perspectiva. Y no hoy, ni mañana ni dentro de un año. La única diferencia que existe entre la llegada de uno y otro es que con el segundo hay un trabajo de seguimiento previo por parte de un departamento que ha firmado a un tipo para eso mismo. Adelantarse a la Juventus de turno para que, cuando llegue el momento, sean ellos los que paguen cuarenta millones por un tipo al que tú firmaste por diez o quince. Y que llega a Turín para firmar por la Vecchia Signora con una camiseta de lo más alegórica con la situación y quizá premonitoria.
Lo dicho, el tiempo nos dirá si Cancelo y Diakhaby han sido buenos para la historia del Valencia CF. Lo único malo de todo esto es que ya no estará Jaime Hernández Perpiñá para documentarlo y archivarlo. Esperemos que todos seamos un poquito como él para intentar llenar su vacío.