viernes, 16 de noviembre de 2018

He venido aquí a hablar de nuestro libro.

blogger widgets

Y luego hay quien se queja del club. Si la semana parecía floja con el parón por selecciones, nada, se monta la presentación del libro del centenario en un lugar chiquitito en comparación con la magnitud del evento y arreglado. Añádanle la salsita de los intensitos, despechados, vividores de trincheras y plañideros y tendremos una movida divertida de la que solo hacen falta un par de paquetes de palomitas y sazonarlas al gusto.

Personalmente, me invaden las ganas de poder leer las páginas del libro presentado. Viendo la lista de autores, muchos están entre mis favoritos en cuanto a lecturas futboleras. Este club si tiene quien le escriba. Y muy bien, además. Y es bonito ver que existe un discurso pausado y reposado del pasado y del presente y un análisis del futuro con redacción impecable y ritmo, más allá de bufandeos relativamente recientes. Ser coordinador de un libro coral es como hacer una convocatoria para un Mundial. Todos tienen la suya en la cabeza. Pero quien la hace es el seleccionador y, por tanto, el único responsable. Por lo tanto, desde ya, felicitaciones a Alfonso Gil y al resto de su equipo. Y oigan, que el que vale para arengar o narrar, a veces, no vale para escribir. E incluso el que vale para escribir, en algunos casos, no vale para hablar en público. Y todos, en cierta medida, son parte del mosaico que conforma este ecosistema llamado Valencia Club de Fútbol.

Y quizá la idiosincrasia del club, su marca personal, sea esa misma. La de no tener discurso. La del navajazo a la mínima. La del meninfotisme moderado o llevado a la máxima expresión. La de rajar de tu club como el que raja de tu familia. Pero ojo que venga uno de fuera a hacerlo, que le sacas las criadillas. La de la improvisación hecha con el corazón. Como en Milán, con los bávaros con un tifo y una lona espectacular que mostraron a la salida de los jugadores y la réplica desde el fondo valencianista lleno de amor propio con bufandas extendidas al aire y el gutural 'Valencia, Valencia' como retruque. En definitiva, como bien dice hablando de otras cosas mi admirado Jesús Terrés, somos descendientes de bucaneros y baja fauna portuaria y eso sale tarde o temprano. Y haciendo trazo gordo, hemos generado bandos mediáticos gordos con dos tíos de fuera que han hecho aquí su trinchera, con incluso uno de ellos teniendo historial rajador del club que ahora, indirectamente, le da de comer. El sant, quan més lluny, més miraculós.

Pero hay otro discurso con más luz. El del creador con talento sin esperar nada a cambio. Y me viene a la cabeza Lawerta y sus maravillosas ilustraciones, a bote pronto. O Rafa Lahuerta y sus textos. Uno de ellos usado como arenga por Benítez, al loro. Esas aportaciones. Como los podcasts que van circulando por ahí. Con más o menos fortuna, pero sin, creo, esperar nada a cambio. Acciones pequeñas que conforman el relato. Como cuando presentaban jugadores en diferentes puntos de la Comunitat Valenciana. Dejando semillitas aquí para crecer allá donde son siete horas más, por ejemplo. Como hicieron en su casa cuando, un día, su tío, su padre, su abuelo o su primo mayor les llevo por primera vez al fútbol a ver a once tíos de blanco con un murciélago en el pecho.

Ese es nuestro libro particular. Cojan, si quieren el presentado el otro día y vayan añadiendo apéndices particulares. A ver si así se quedan contentos.

4 comentarios:

  1. "E incluso el que vale para escribir, en algunos casos, no vale para hablar en público".

    Ese soy yo. XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No seas tan duro contigo mismo. Seguro que no es para tanto, che.

      Eliminar
  2. "Como los podcasts que van circulando por ahí. Con más o menos fortuna, pero sin, creo, esperar nada a cambio."

    Efectivamente, con más o menos fortuna. Unos serán más interesantes que otros. Pero el fondo se resume con cierta facilidad: en mi caso, los grabo, edito y publico en el escaso tiempo libre que tengo; y, de momento, la factura económica entre equipos, mesa de mezclas, micrófonos, cableado y grabadora ya supera los 300 euros.

    Pero me apetecía hacerlo en un año especial que nunca se va a repetir. Y me alegro que haya gente que se de cuenta de ello.

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Tota pedra fa paret, Paco. Y de eso se trata, de realizar aportaciones personales para agrandar el relato de la historia y, este año, del Centenario. Incluso un "Ecce Homo" del escudo del VCF o de cualquier leyenda sería una aportación más. "Acciones pequeñas que conforman el relato", como bien digo en el artículo.

    Saludo de vuelta y muchas gracias por la visita, espero no sea la última, y lectura.

    ResponderEliminar