Foto: www.valenciacf.es
Conozco a no pocas niñas y niños de un par de años o tres que farfullan, con la dicción propia de su edad, las canciones que canta Mestalla y que arrancan desde la grada de animación. Canciones con un ritmo fácil, al alcance de cualquiera con un rastreo sencillo en internet y que, por repetición, los nanos las cantan animados por los padres metiendo de manera velada el cuquet del valencianismo en sus jóvenes venas. Eso está bien.
Conozco empresas de diferentes tamaños a las que se les han ofrecido servicios de gestión de redes sociales porque tenían interés en crecer, tener visibilidad y aumentar su prestigio. Se les ofreció la mejor de las propuestas y, tras marear hasta límites insospechados, decidieron prescindir de estos servicios profesionales para jugárselo todo a una carta a un familiar imberbe con básicas, o nulas, nociones de gestión. Y parece que el Valencia CF ha hecho eso mismo con la cuenta en inglés de Twitter, buscando llegar a un perfil diferente al que se llega en las otras cuentas oficiales del club en la red del pajarito. Vistas las burradas, espero que simuladas, del autor o autora, supongo que querrán llenar Mestalla de guiris borrachos llegados del norte que, en un tremendo combo, tienen fútbol en Mestalla y continuación del petorro en Benidorm. Eso está mal.
Conozco a gente que piensa que el sentido del humor es un síntoma de inteligencia. Servidor es uno de ellos. Y reírse hasta de su sombra es eso, de listos. Por eso, las viñetas de Raúl Salazar en El Jueves donde se explica el Valencia CF a los no valencianistas me parece una sátira acertadísima de este ecosistema valencianí. De hecho, el humorista gráfico entra aclarando que es socio y tiene el detalle de no caricaturizar el escudo usando para las viñetas imágenes reales del escudo. Eso está bien.
Conozco a gente que pide que se haga lo mismo con otros equipos de la Comunitat. No para reírse con ellos, sino de ellos, que es diferente. Y porque se sienten ofendidos por estas viñetas. Eso está mal.
Conozco un medio extranjero, ¡la BBC tetes!, que ha colocado a Mestalla como el campo español más intimidatorio. Si andan buscando relatos para dotar de chicha el vender el Valencia CF al mundo, Ciaran Valey, quien firma el artículo ha dado a Anil & cia. el pase de la muerte para marcar gol. En casa ya es más que suficiente con dotar con un poco de cariño a cualquier acto, dependiente del centenario o no, que se haga con el escudo del club por delante. Eso está bien.
Conozco, a través de diversas informaciones, que existe un problema entre el club y la Curva Nord con el tema de la animación, las pancartas y cierta censura ante estas acciones, según una de las partes. Esto solo tiene un perjudicado, el propio Valencia y la calidez del ambiente en los partidos. Para ser justos es necesario saber la versión de la otra parte. Pero sin conocer su versión no se entiende que se tiren piedras sobre el propio tejado. Ahora, también es cuestión de animar sin mesura. Si no hay lonas, pues bufandas. O papeles. O a grito pelado. Y si así no se puede o no se quiere, cada uno a su casa y Dios en la de todos. Eso está mal.
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