Foto: Chema Madoz
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Olvidarle no era tan difícil. Costaba más tropezarse con sus
zapatos, que parecían huérfanos quietos en el suelo de la habitación.
Costaba más cerrar el libro que permanecía abierto, como un futuro
abrazo, sobre la mesa, costaba ver la taza con su nombre -una horterada,
si- en el armario de la cocina. Costaba escuchar a los amigos hablar
con él mientras la incluían en la conversación como si nada. Costaba
encontrar de golpe su olor al mover la ropa en el armario. Oyó sus
llaves en la puerta. No era difícil olvidarle, había empezado a hacerlo
hace tiempo, sólo que él aún no lo sabía.
The Walking Dead
costaba tanto ,q lo hizo, gracias ali, a mi siempre me apetece leerte
ResponderEliminarGracias Noe!
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