No dejes que el árbol te impida ver el bosque.
Esta frase siempre me recuerda a algún chino, tipo Kung-Fu, o a profesor de yoga tántrico listillo que te quiere levantar a tu novia, hablándole de la influencia del feng-shui y de su puta madre mientras su mano baja más allá de ese ombligo, que tú crees que es coto privado, con la excusa de mejorar la respiración abdominal. Pero no se me ocurría mejor arranque para esto, que lleva corriendo por mi cabeza como si un Yves Montand en "Grand Prix" se tratara, cuando esa mujer que seguro que está detrás de algún gran hombre, llamada Fani Grande llenó mi timeline de Twitter con referencias al día que era.
Que ahora que lo pienso, Fani le tiene un aire, pero en guapa, ¿no?
Hace un par de días hizo dos años de lo de Amy.
Y como que la cosa toca, visto desde el prisma de la distancia y pasando del amarillo y de la casquería, merece recordar la voz que tenía. Pero no lo hagas, si no lo has hecho ya antes de leer esto, con el "Back to Black", que fue donde pegó el petardazo con el porrón de premios de todos los colores.
Tira un poco más atrás y escucha "Frank" que es una joya. Permítete el lujo de sacar a tu mujer de la clase de yoga, - y así de paso, dejas al del tantra con un palmo de narices -, como lo hace Richard Gere con su chica en 'Oficial y caballero' o como lo hace Homer con Marge, depende de tu estado de forma, baja todas las persianas, descorcha una botella de vino, fúmate lo que te apetezca y dejaos llevar hasta donde sea, bien sean vuestros cuerpos o tirando del hilo hasta las divas clásicas del soul.
Y como esto va de disfrutar (¡de que va a ir, si no?), te regalo una maravillosa píldora de un pedazo de actriz y animal de escenario entre el aspecto de Winehouse y la rabia de Nina Hagen, no solo porque la admiro, que también, pero es que lo borda.
Ya me cuentan como queda la cosa.
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