Y, a todo esto, mañana hay un partidazo. De esos que te dan ganas de soñar ser Rodrigo y marcar un gol decisivo, mirando de reojo al palco por aquello que no hicieron el pasado verano. Partido de esos que sueñas de pequeño. Y encima, les puedes meter mano a los del Atleti porque tampoco están para tirar muchos cohetes.
Pero no, seguimos con la cuestión de la planta noble. Con el presidente de viaje a Singapur. Algo pasa. Si viajan allí, después pasan cosas. Probablemente la despedida y cierre de Mateu Alemany. Y nombres para cubrir el gran vacío que dejará la marcha del balear. Dirección General, Dirección Deportiva y alguien capacitado para hablar con la prensa son las vacantes que podría colgar Meriton en las ofertas de trabajo de LinkedIn. Otra cosa es que los candidatos las acepten. Por aquello de la supuesta inestabilidad y esa sensación que Lim, o más bien Murthy, es El Sombrerero Loco en el País de las Maravillas. Recuerden que, según la versión oficial, la comparativa del dueño con un cangrejo fue el detonante. Aunque se focaliza mucho en la gota que rebosa el vaso, las anteriores son igual de importantes. Lo del cangrejo, anecdótico, aunque haya dado juego en la prensa. Lo bien cierto es que Marcelino se pasó de frenada. Con o sin cangrejo de por medio.
Quien aceptará la oferta de LinkedIn del Valencia CF es un misterio. Se habla de dos Fernández, Luis y Robert, el primero más por ofrecimiento y el segundo más por encaje de necesidades. El francés animaría el cotarro si le dan micro y cierto mando mediático en el club, si sigue igual a sus sesenta tacos. El de Betxí tendría el conocimiento del entorno y antecedentes. Sobre el papel, mejor el segundo que el primero. Pero saber las funciones y la capacidad de mando se antoja fundamental en este asunto. Desde fuera, da sensación que la cuestión deportiva está en un segundo plano, más allá de la Champions no hay nada, nexo que hilamos por la destrucción de un proyecto deportivo con éxito final salvado en invierno por los pelos. Pero esto nos lleva a la pasada de frenada de García Toral.
No lo van a leer, o quizá sí, pero lo correcto visto que se quiere prescindir, por desgaste o desconfianza, de un buen gestor como Alemany es encontrar una persona con ese perfil y con ascendencia en el club. Con preparación pero que lo quieran de verdad. Como usted o como yo. Que le duelan las derrotas y que sienta nervios con las victorias. Nada nuevo bajo el sol. Nada que no se haya dicho ya. Es difícil encontrar la fórmula. Alguien de fuera puede caer en el acomodamiento, en no sentir ni padecer porque no le duela. Que la motivación de aceptar trabajar no sea porque en Valencia se vive bien. Algunos hay, a los que les costaría decir no al club de sus amores. Puede que la clave sea trabajar como si se fueran a quedar toda la vida, aunque sean solo dos años o tres.
Y, a todo esto, mañana hay un partidazo. De esos que te dan ganas de soñar ser Rodrigo y marcar un gol decisivo, mirando de reojo al palco por aquello que no hicieron el pasado verano. Partido de esos que sueñas de pequeño. Y nosotros hablando de corbatas y despachos. Ya ni disfrutar las previas nos deja este fútbol moderno, maldita sea.
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