viernes, 19 de octubre de 2018

Montes vs Cubells del siglo XXI.

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Vale. El titular tiene truco. No van a encontrar aquí recuerdos del inicial Valencia y sus primeras filias. En cualquier caso es una manera de comenzar a hablarles del eterno movimiento en cuanto a bandos en esta mitad de la Valencia futbolera. Cuentan los libros que los primeros piques entre aficionados del Foot-ball Club era entre los que gustaban por Montes, teniendo enfrente a los que bancaban por Cubells. Hablamos de aquel fútbol desmercantilizado de Algiròs, del calzón largo, camisolas con cordones y pañuelos en la cabeza. Pañuelos en la cabeza, que frivolidez, oiga.

Pero en esta semana de parón y puente, un novedoso caso se ha asomado a nuestros quioscos, tabletas y teléfonos móviles. El debate no era con dos del equipo, como con aquello de fernandistas y arroyistas de los años 80 y 90. Era, o es, un debate entre el pasado y el presente. Entre uno que se fue y otro que decían que se iba y está aquí todavía, que cantaban Los Ronaldos. si no saben de quien les hablo, esperen al próximo párrafo. Y si lo saben, sigan leyendo, por favor.

Con Paco Alcácer todo se magnifica. Con razón o sin ella, pero es así. Recuerdo su debut, como todos. Y oiga, uno no es de piedra y la superación de la pérdida te gana el sentimiento y el respeto. Igual que se lo tengo a otro Paco, amigo y de apellido Raga, al que le pasó lo mismo que al de Torrent, también de un día para otro. Y con una zurdita de oro, dicho sea de paso. Y quizá con Rodrigo también se peque de magnificencia. Pero ya saben de que va esto de contar las cosas del deporte. Blancos y negros sin escala de grises. Humanizar al deportista de élite cuando conviene. Meterle cera sin descanso si vienen mal dadas. Total, eso va con el sueldo, dijo aquel pasando con vehemencia las páginas del Marca sentado en la barra del bar, mientras pedía con señas otro carajillo.

Y claro, cuando ves ciertas maniobras orquestales en la oscuridad de redacciones con más o menos postín, el cuerno te huele. Esa armonía, cuando la mayoría de las veces esto es un reino de taifas, te mosquea más que un pavo en diciembre. Servidor entendería esa misma fanfarria en València del Nord, donde acogen en un equipo que viste como el Levante a los falsamente desencantados de valencianismo, por aquello de revalorizar a un jugador de su propiedad. Pero aquí en València, raro, raro. Y el argumento de las posibles variables económicas no valen como coartada.

Cualquiera puede escribir, lanzar debates o editoriales acerca del fútbol-ficción. Pero ensalzar a uno de fuera, deportivamente hablando, hundiendo al de casa, que además es el yerno perfecto, es de actitud poco menos que reprobable. Por no hablar de una muestra perfecta de cinismo, como si un Mollà o Galiana del tres al cuarto se tratasen. A no ser que les pase como a Groucho con sus principios y cambien al son de las monedas.

Como dijo Cruyff, un palomo no hace verano. Y estamos en octubre todavía. Servidor a Alcácer le desea que le vaya bien siempre y cuando su racha no interceda de manera directa o indirecta con los objetivos del Valencia. No valoro a la persona ni al asesoramiento dado en su día por su agencia de representación. Podrían haber hecho las cosas de otra manera, correcto. Pero tomar caminos es parte del ciclo de la vida. Y, por supuesto, de Rodrigo queremos que las vuelva a meter todas.

Todo lo demás, hacer bailar al mono por unas monedas.

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