miércoles, 18 de abril de 2012

Maxitweets. El agua moja, el cielo es azul y las mujeres mienten

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Mujeres. Nunca una palabra pudo abarcar tanto. O quizá sí, pero no tengo el google para algoritmos. Y además, en una semana de patadas al balón, vamos a darle un poco de cancha al segundo, primer, único tema que nos interesa de verdad a los hombres. Y es que, la verdad, son de lo que no hay. Hielo, licor y al lío.

El agua moja, el cielo es azul y las mujeres mienten. Eso es así. Y mienten tan bien que incluso ellas se pueden llegar a creer sus propias mentiras, convirtiéndolas en una verdad. Verdad en su mundo, claro. Hay que joderse. Y su maestría es tal, que si te has calzado alguna copa de más, picas el anzuelo y todo. Que se lo digan al rey Robert lo de calzarse copas, mujeres y sus mentiras.

Y no es una cosa de las chonis, de las pijas, de las bibliotecarias, de las galeristas o de la fauna de hembras que pululen por los lugares que uno frecuente. Mienten todas. Hasta las tuyas. Lo hizo tu abuela cuando preguntaste acerca de los Reyes Magos, lo hizo tu madre al decirte lo de ‘papa volverá, ha ido por tabaco’ y lo hizo la última a la que separaste las rodillas con sus veintitrés jadeos. En conclusión, estamos rodeados y solo nos quedan dos opciones, Butch.

Si no puedes con el enemigo, únete a él. Asiente, apostilla, repite sus últimas palabras y hazlas tuyas, mientras sorbes algo líquido, a ser posible de calidad. O espera pacientemente a ver el maquillaje corrido por su cara al dejar de creer en su mentira, como el que espera pasar el cadáver de su enemigo por la puerta de su casa. Es un poco tétrica la imagen, pero no deja de molar, si la imaginas bien, rodada por tu neurona Coppola.

Pero en realidad no haces nada. En el fondo, nos encanta que nos mientan. O eso les hacemos creer a ellas. Qué más da. Sin ellas, la vida sería aburrida y, por ejemplo, esta entrada nunca hubiese visto la luz. 

pd: Por cierto, la moza de la foto se la he tomado prestada a mi amiga del Formspring, LadyGuisante

1 comentario:

  1. Todo el mundo miente, creo, a los demás, a sí mismos... A veces es cuestión de supervivencia y otras, de salvar el orgullo.

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