viernes, 14 de junio de 2019

Gayà, Tendillo, Silva y Kang In Lee

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Mañana hace tres semanas que Parejo levantó la copa. Y parece que haya pasado un mundo. Ya se piensa en la próxima temporada, ya se lanza la campaña de abonos para que los aficionados, calculadora en mano, vayan sacando sus cuentas sobre el gasto que les va a suponer este vicio llamado Valencia CF. Y, a falta de pan, tenemos dos Mundiales en marcha. El Femenino, donde hay partidos verdaderamente divertidos en el que se muestra la riqueza táctica y técnica sin mentiras ni postureos y el sub-20, donde Valenciastán tiene puestos sus ojos por obra y magia de la perla asiática, Kang In Lee. Ya saben, el chaval coreano del que se burlaban, dicen algunos, en las celebraciones de Copa.

Somos así, pobres de sentimiento. O viejos. O agoreros, tomen el nombre que les plazca. Cuando al pobre le van bien las cosas, se escama porque no sabe de que lado le va a llover el bofetón que lo vuelva a la miseria. Varios han sido los chavales que han protagonizado portadas cuando eran imberbes llevando la losa de promesa que viene. De esas que sacan de pobre a cualquier equipo. De esas que pueden ser bandera eterna del club, contando los años en 'Antes de Fulano/Después de Fulano'. Y con Lee vuelve a pasar. Ser finalista en un Mundial sub-20 no garantiza que vayas a ser una estrella, pero se prefiere ver el vaso medio lleno. Y salen verbos que abrazan el proteccionismo, como si fuéramos unos Trump de la vida. Proteger, cuidar, mimar. Como si durmiera en la calle futbolística. No hace mucho, cuando una cantinela parecida surgía con Ferran Torres, hablando con un directivo de la Federación Valenciana me decía que tenía hechuras para ser figura, pero que no es solo el talento lo que pesa para llegar, hay otras cosas. Y esas otras cosas son tanto del entorno del jugador como del propio club. El club sabe que lleva entre manos. Probablemente más que usted y yo. Y si no más, que seguro que sí, hay personas que toman decisiones y cobran por ello. Por lo que mientras usted está descartando otra vez la operación bikini dando buena cuenta al helado de vainilla con nueces de Macadamia, otros andarán valorando las opciones tácticas, las fases de crecimiento físico y la mejora de rendimiento para que la nueva perla de Paterna lo sea de verdad.

No podemos dejarnos cegar por los highlights, las mejores jugadas. Con vídeos Pasieguito no fichó a Kempes ni a Mijatovic. Probablemente Lee pueda tener buenos veinte minutos, treinta a lo sumo, en esa élite que marca un club como el Valencia CF. Y ya es, como demostró en la eliminatoria contra el Getafe. Pero hay que optar por mandarlo de Erasmus para que se curta o que aprenda al lado de Gabriel, Gayá, Soler, Rodrigo, Parejo o los que estén. Tanto allá como acá va a aprender, sin duda. Allá puede que viva el recelo del que se siente amenazado por el talento precoz, sin la manta de calor que proporciona el ser de la casa y de un paso adelante en competir de igual a igual. Acá puede que se empape de las virtudes de un vestuario campeón y un entrenador que sabe que es eso de la cantera, por venir de Mareo. Pero solo dependerá del propio jugador aprovechar las enseñanzas. Tendillo o Gayá no pasaron cesiones, siendo piezas clave en aquel y este Valencia CF. Silva tuvo que hacer rodaje en Eibar y Vigo para volver con galones. Y Alcácer salió para volver, golear, ilusionar y ser vendido por un pastizal. De todos lo colores y de todos los sabores, como en la Horchateria Paco con los helados.

Sea lo que sea, que se realice de manera consensuada. Preguntando al chaval. Con Marcelino presente. Dejar de ser promesa para ser, a todos los efectos jugador de primera plantilla. No a efectos contractuales, que ya lo es. Con mismo rasero, con misma exigencia. Que no es cuestión de talento nada más. Que hay sacrificio y reglones torcidos. Que aquí gusta lo bonito, pero más gusta ganar. Y talento sin sudor no sirve de nada. Por lo menos aquí.

Por cierto, dejen el helado. Que luego va a venir Puma con sus patrones estrechos y van a ser la comidilla del chiringuito y del Trofeo Naranja.

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