jueves, 19 de octubre de 2017

Suso, ¿por qué no te callas?

blogger widgets
Foto: Valencia CF

Circula por ahí un meme, o una frase que ironiza con el buenrollismo, que dice tal que así, más o menos «Hoy hace un día precioso, verás como viene alguien y te lo jode». Pues en el día precioso que vive instalado el Valencia, ha venido García Pitarch para meter el dedo en el ojo, siendo finos.
El bueno de JGP -con la butxaca llena por obra y gracia de la indemnización creo recordar-, ha encontrado acomodo en BeIn Sports, cadena con los derechos de La Liga y que tiene una extraña manera de manejar su cuota de mercado en materia de fichaje de comentaristas. Si ya chirría que Kluivert comente los partidos del Barcelona en liga de manera partidista, que el analista del valencianismo allende nuestros mares, que diría el clásico, sea García Pitarch clama bastante al cielo.

Verán, esto es la base de la cuestión de aquel mantra que suena por las redacciones madrileñas que dicen que aquí se canta el "vete ya" a cualquier entrenador, siendo falso. Aquí se pone el ojo de refilón, se toca de oídas la partitura de la actualidad valencianista y no se consulta con las fuentes locales para contrastar informaciones. Resulta bastante fácil el descolgar el teléfono y comunicarse al otro lado con un compañero periodista de Vigo, Lisboa o Argentina para conocer novedades en materia de equipos rivales o rumores de fichajes desde el punto de vista de la otra parte. De hecho, dos de los que tienen la fortuna de tener un micro delante como Manolo Montalt y Héctor Gómez lo hacen constantemente, pareciéndome un ejercicio de responsabilidad periodística de lo más correcto. Pero en BeIn Sports quizá no le han dedicado el tiempo suficiente a escoger a alguien con marchamo valencianista que no levante ampollas cada vez que habla. Y es una de arena en su programación llena de cal, con programas como El Club, con Axel Torres o con los excelentes narradores encabezados, siguiendo gustos personales, por Miguel Ángel Román o Lluís Izquierdo.

Resulta sonrojante escuchar a Jesús García Pitarch loar a Parejo cuando tuvo una gestión nefasta en su conato rebelde por querer marcharse al no sentirse cómodo con el club y con su situación personal, inmolándose en el vestuario al que dicen no podía acceder por no poder soportar la mirada fija a los ojos a ninguno de los componentes, mientras capitanes se mofaban del valencianismo o se encaraban a la grada. Resulta sonrojante ver los cheques del ego de Jesús con sus palabras una vez fuera del club cuando en el cuerpo de sus acciones mientras era director deportivo no pagó ni una. Alabar públicamente a Nuno y no entender porqué se puso a la grada en contra durante el segundo año constata el error de contar con él para cualquier análisis. Y más hablar así de categórico de los inquilinos del banquillo valencianista que vinieron después cuando, con mando en plaza según jornal, aposto por Prandelli, buena decisión pero probablemente con verdades a medias, primero y por Ayestarán después con el resultado que todos saben.

Y claro, luego llega y sintoniza un domingo por la noche BeIn Sports un señor de Murcia, al que Ninette ha dejado por su monitor de crossfit, y si el analista del Valencia de su canal de deportes favorito dice todas estas cosas, pues se las cree a pies juntillas. Y el señor de Murcia cree que somos injustos con Parejo, que ha sido siempre un gran jugador que debería tener 30 internacionalidades según parece, cree que a Nuno y a todos los entrenadores les cantamos el «Vete ya» y que la destitución del portugués fue un error porque podría haber sido nuestro Ferguson ibérico. Pero no. Es un poco más complejo que todo eso.

Así que igual lo suyo sería que, para legitimar su discurso y ganarse bien este nuevo jornal, Suso callase para no retratarse más y taparse con la mantita. O asumir que cuando pudo, no hizo nada, mostrar autocrítica y, solo así empezar a borrar esa imagen de paraguas inactivo que tiene en el imaginario valencianí de un exjugador que tuvo la opción de mejorar su club a nivel directivo, no quiso o no lo dejaron y siguió calentito cuando ya estaba más que caducado.

Aunque, puestos a elegir, mejor que esté fuera que dentro del Valencia.