lunes, 31 de octubre de 2011

Larga vida a los muertos del grunge

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El pulso que se le toma a la ciudad, su viveza, su actividad cultural, y entiéndase la palabra en toda su extensión, viene por la oferta que ofrece a sus habitantes, visitantes y turistas ocasionales. Exposiciones, performances con saltos al vacío, solo por el mero hecho de crear, y cualquier tipo de expresión artística, desde el body painting hasta la música, pasando por los comics, tiene su particular fiebre del oro a la ribera del parcialmente seco y domesticado rio Turia. Es un principio para estar al nivel de grandes urbes, no diremos nombres para evitar las odiosas comparaciones, pero principio gustoso al fin y al cabo, por la gran cantidad de camino que se hace al andar por donde la escena sabe a trabajo, a pasión, a cerveza o vino y, sobre todo, a música en directo, a rocanrol. Ayer la esencia estaba en el Carmen, hoy en Ruzafa y quizá mañana esté debajo de tu casa, pero lo importante es que no decaiga, que lata, que respire. Y lo que hoy es Valencia, puede ser, por momentos Seattle, y volver a los noventa y alcanzar el Nirvana con Pennyroyal Tea.

Sala Wah-Wah, donde siempre se vuelve. Camisas de leñador en las camareras, que siguen siendo bellas. Han vuelto las barbas, las rebecas de lana talla XL, los pantalones rotos, la estética grunge. Sí, también chicas, las hippies de sentimiento, las nostálgicas y las niñas bien de las que quieres que te digan que las cuides sin saber que ya te lo han dicho y has picado. Un coctel musical con 2/3 de Uzzhuaïa, más 1/3 de The Stone Circus Band, o lo que es lo mismo, Pablo y Álvaro Monteagudo, y Rafa Fernández, para quitarnos años, hacernos ingenuos, no tener resaca, follar furtivamente en el baño y filtrear con la química que crece en las esquinas. Hemos vuelto a los noventa, que seguro que tuvieron cosas malas, pero ya no nos acordamos de ellas. Ven cómo eres, come as you are.

Para empezar, la imagen. Están en el papel, Pablo tiene semblazas físicas y vocales a Kurt, y Rafa al primer rompeparches que era Grohl, antes de ser el líder de The Foo Fighters. Entiendo que sea difícil buscar a un tipo de casi dos metros para que se ponga en la piel de Novoselic, pero no hace falta teniendo a Álvaro, del que siempre he dicho que es la viva imagen de Nikki Sixx, porque le da una cera a las cuatro cuerdas que da gusto. El concierto fue un show sobrio, sin estridencias, sin concesiones ni charlas, como eran los de aquellos que pegaron la patada a la industria de la música con su rock alternativo y se colaron en la fiesta superventas de Michael Jackson sin pedir permiso. Poco se puede decir más que, si no fuera por las BB echando humo y los iPhones grabando audio y video para inmortalizar el momento, nos trasladaron de manera viva y con nostalgia al rock contestatario, a ese soplo de aire fresco, a ese mundo dominado por los tipos feos y desaliñados que rescataban su vestuario de casa de la abuela, a los poemas con rabia y sus demonios, a maldecir aquella escopeta de caza…

Sonaron todos los temas esperados, tienes la lista más abajo. Y, sí, saltamos, nos empujamos y movimos nuestros pelos al ritmo del bajo de Álvaro ‘Novoselic’. Estos tipos incendiaron la sala, literalmente, lo que se solucionó con un poco de capella en About a girl. Pero no importaba, estábamos en el máximo estado, encantados, recordando nuestra vida a través de la banda sonora que nos pusieron estos tipos, algunos con los ojos rojos por el humo del local, o tal vez no. Pero gracias a estos tres tipos, me retiro cantando contento, porque hoy he encontrado a mis amigos, que están en mi cabeza, Pablo, Álvaro y Rafa, Pennyroyal Tea.

Pennyroyal Tea, Wah-Wah, Valencia, 29 de octubre 2011

BREED
ANEURYSM
DRAIN YOU
BEEN A SON
LOUNGE ACT
COME AS YOU ARE
RAPE ME
IN BLOOM
DUMB
SERVE THE SERVANTS
TERRITORIAL PISSINGS
SLIVER
FRANCES FARMER WILL HAVE HER REVENGE ON SEATTLE
SMELLS LIKE TEEN SPIRIT
PENNYROYAL TEA
SCHOOL
POLLY
NEGATIVE CREEP
ON A PLAIN
ALL APOLOGIES
ABOUT A GIRL
HEART SHAPED BOX
LITHIUM

1 comentario:

  1. Pues sí, gran concierto y grandes reminiscencias a los 90, época que como tú bien dices tuvo sus cosas malas pero nos negamos a recordarlas. Y hacemos bien, qué narices.

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