viernes, 8 de febrero de 2013

RTVV se desangra.

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Hoy he asistido a un funeral. Físicamente, digo. Ya sabéis, acompañar en el dolor a un amigo. Mostrarle el respeto por la reciente falta. Forma parte de la vida. Naces, creces, follas si puedes, te reproduces, si puedes también, alguien de fuera de tu familia te limpia el culo cuando estás gagá y mueres. Está escrito, como diría aquel poeta hasta las trancas de absenta.

Es natural. Lo que va contra natura es que te maten, suavemente, como si de una víctima de Dexter se tratase. Y que tuvieses que aguantar el cinismo, la hipocresía y el hijoputismo del tipo, o tipa, del cuchillo.

Amigos, os estoy hablando del asesinato programado de RTVV, la tele y la radio de la Comunidad Valenciana.

Me vienen a la mente muchas frases. 'Entre todos la mataron y ella sola se murió' es una de mis favoritas. 'Querer es poder' es otra. Pero no han querido y la han matado. Así, sin pestañear, y tirando de farlopa para celebrarlo.

Tengo la suerte inmensa de tener contacto personal y en redes, benditas redes, con muchos profesionales que lo están pasando mal en estos momentos y que son la cara de otros tantos que no conozco, pero con los que empatizo. Mucho, además.
Ellos me han contado que las ideas, la ilusión y las ganas iniciales poco a poco se las fueron cortando los tipos con chaqueta. Esos ejecutivos, convertidos en marionetas de otros, inspirados en la más fascista de las propagandas, han hecho que lo que era una bonita idea se haya ido consumiendo hasta el estado de inanición, siendo una sombra, una caricatura, un chiste.

Cacicadas, como las de editar un informativo una consellera, personal que se ha quedado quieto parado a la sopa boba, aprovechándose del sistema y ahora son voz e imagen de la 'resistencia', hijos, sobrinos, amantes y 'desertores del arao' que lo único que hacían era cobrar la nómina y tomar carajillos.

Había dinero. Vacas gordas. La vida era un cabaret. 

Y seguro que hay más cosas. Porque uno no pinta de rojo el agua porque sí.

Ya se que no han de ser noticia, recuerdo aquello de Márquez a Reverte de 'hazte enfermera, cabrón', pero no dejan de serlo. El juego del metro, ese de imaginar la vida de los pasajeros, mirando la pantalla del 9. Leyendo a través de sus ojos aquello de 'no quiero estar aquí, Quiero estar con mis colegas ahogando las penas en el bar de Paco'. Despedidas de viernes, porque no saben si habrá lunes. Hijas que rompen el corazón a sus madres.
Se mueren los hijos de Kane. Sí, ya se, no es quizá un buen ejemplo, pero es Welles, maldita sea. Primera plana de Lemmon y Matthau. Todos los hombres del presidente.
The Newsroom.

Han hecho de nuestra tele, y radio, la suya. La proximidad, la cercanía, la tele como servicio es necesaria, pero no como la quieren ellos. Sesgada, cortada, manipulada. Ha perdido músculo al primer tacto del bisturí. Y va a tocar llevar bastón. Siempre.

Sí hay trajes, se sacan trajes, sí hay polvos, se sacan polvos. Hay que vestirse por los pies, mirarse al espejo y pasear por la Gran Vía con la cabeza alta.

Luego están las comparaciones. Que la tele vecina de arriba es mejor, más buena y es más guay. Política de mierda y postureo, como decir que ves los documentales de La 2. Esta gente, nuestra gente, hace programas de calidad y cojonudos. Ocupa't, Societat Anònima, Gormandía y muchos más son claro ejemplo.
No puedo evitar poner caras. Así, a bote pronto, Amalia, Sònia, Fermí, Vicent, Eva, Mireia, Fani, Núria, Majo, Rovi, Montalt, Susana, Champi, Santama, son unos ejemplos, pero nunca serán todos.

Son un verdadero Dream Team. Te lo puedo asegurar.

Quiero pensar que la raza que tienen les va a permitir salir por la puerta y entrar por cualquier otra ventana. Aunque la cosa esté mal, aunque la prensa en general esté herida, con las constantes vitales bajas. Es aún reciente la cornada de Las Provincias, otra injusticia a la que Arturo Checa puso altavoz de manera magistral y tuve el gusto de aportar mi pequeña visión. Igual que en esta que le doy a la tecla. No servirá de nada, porque la suerte está echada y solo queda la rabia y la barra de un bar, con las canciones de siempre y mañana una resaca de campeonato.

Periodismo de trinchera, de sangre, teléfonos y callejones.

Mucha suerte a todos, héroes. Y abrazos sinceros.

2 comentarios:

  1. Anónimo05:57

    Me hace gracia que nos echemos las manos a la cabeza hoy, cuando hay despidos, cuando en realidad todas estas reacciones las deberíamos haber tenido en el momento el que el canal autonómico que pagamos todos se convirtió en portavoz del poder de turno, de forma absurdamente clara e hiriente. Mucho corporativismo hoy, pero poca autocrítica ayer que podría haber salvado ya muchos puestos de trabajo. A ver a qué ciudadano le explicas ahora que Canal 9 tenía razón de ser -en un contexto de recortes en la Educación, la Sanidad, etc.- cuando sus informativos llevan una década ocultando la información realmente importante... Estaría bien que de la crisis aprendiésemos todos, y los periodistas deberíamos estar entre los que más.

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